A.
Llaman al timbre y bajo corriendo para abrir la puerta. Logan está con una camiseta y unos vaqueros. Muy sport. Me da un puromoro rojo y lo cojo sin vacilar y me lo como antes de decir.
-¿Y yo me pongo guapa para qué tú no hagas nada?
Me sonríe y me da un beso en la mejilla.
-Estás guapísima.
-Ya, ya... ¿A dónde vamos?
-¿Cine?
-No me apetece...
-¿Te llevo a tomar un batido?
-Sólo si me invitas.
-Eso lo deberías dar ya por hecho.
Se sube en su moto y me da un casco. Me subo detrás y me agarro a la parte de detrás de la moto. Me lleva al starbucks de Oxford Street.
-¿Qué van a tomar?- nos pregunta la dependienta.
-Mmmm, yo quiero un mocca blanco.
-¿Café?- me pregunta un tanto extrañado.
-Sí.
-¿Tú qué vas a querer?- le pregunta finalmente a Logan.
-Yo un frapuccino de vainilla, por favor.
Me siento en la mesa en frente de la ventana. Él se queda esperando a los cafés. Me deja el mío delante y bebo un poco antes de hablar.
-¿Entonces qué tal en la universidad?
-Muy bien. Dentro de poco tendré los exámenes, y tú, ¿qué tal las clases?
-Aburridas. Creo que Christopher, el de química, me odia pero me aprueba, así que no me puedo quejar.
-Dudo mucho qué te odie.
Ya sé lo que viene ahora "es imposible odiarte".
-Bueno, ¿y qué tal con las chicas de la uni? ¿Alguna ha caído?- cambio de tema.
-Bastantes diría yo.
-Oh, claro, cómo se iban a resistir a tu encanto.- digo poniendo los ojos en blanco.
-Bueno, pues la verdad es que tú te me resistes bastante- dice picaresco-. Espero que pronto eso cambie.
-No pretendas enamorarme Logan. No lo vas a conseguir.
-No estés tan segura.
Muerdo mi labio y le pongo otra vez los ojos en blanco.
-¿Y esta noche qué haces?
-Me voy de fiesta.-dice dando un sorbo a su frapuccino.
-Ja, ja, ja, que gracia.
-Voy con unos amigos de la uni a un sitio.
-Con que no quieres que sepa dónde, eh.
-No me sé el sitio exacto.
-Bueno, pues yo voy a la discoteca de siempre y luego a una fiesta.
-¿Con chicos?
-No, yo sola. Es que me he hecho lesbiana. En serio, a veces me parece que eres retrasado.
Nos acabamos los café y vamos a dar un vuelta. Ya son las ocho pero he quedado a las nueve así que tengo tiempo.
-A, tengo una cosa que proponerte...
Frunzo el ceño. ¿Qué me tiene que proponer?
-¿Qué?
-He oído que cantas muy bien y...
-¿Y qué? Arranca.
-Pásate por mi casa el miércoles.
-¿Por?
-Tú hazlo. Ahora si quieres te llevo a casa.
Vamos a la moto y me lleva a casa. Para despedirme de él le doy un beso en la mejilla y después me meto en casa.
-Annabelle, te ha llamado Lily- me dice Cecilio.
-Vale, ahora la llamo.
Me voy a mi cuarto y la llamo con mi móvil, es un Iphone 4S.
-Lily, ¿me has llamado?
-Sí, es que necesito que me digas que vestido ponerme.
-¿Qué quién va?
-¿No lo sabes?
-Mmmm, no.
-Va uno que busca modelos para su nueva firma.
-¿En serio?
-Sí, por eso necesito que me digas que vestido ponerme. El azul de la otra vez o el negro que es más elegante y formal.
-Ponte el negro, te queda de muerte.
-Gracias cielo, nos vemos. Un besii.
Cuelga. Vaya, con que uno que busca modelos, esta noche me voy a poder reír. Me pongo una camiseta azul marino con una falda alta e tubo de color rojo y un sujetador negro de encaje con las bragas del mismo color. Me dejo el pelo suelto y me quito el maquillaje look calle para ponerme el de fiesta. Mi base de maquillaje es la misma pero ahora me pongo un poco de polvos y colorete rosa, no demasiado. Me repaso la raya y me pongo un poco de sombra de ojos en el párpado móvil color naranja, casi no se distingue. Rímel y pintalabios rojo. Me pongo de mi colonia de Lady Rebel.
-¡Mami!- oigo gritar a Carter.
Bajo a saludarla.
-Hola mamá.
Me da un beso en la frente y dice.
-Cielo, vas muy guapa, pero vas un poco de guarra con esa camiseta.
Me río y le digo.
-Mamá, todo el mundo va así.
-Bueno, disfruta mientras puedas, pero ponte una chaqueta que sino te enfriarás.
-Mamá, no tengo ninguna que me vaya con esto.
-Puf hija, haz lo que quieras.
Me subo arriba y cojo de nuevo mi Iphone. Tengo un whatsapp. "Voy a por ti a las nueve" Son las nueve menos cinco. Ding dong.
-Hola señora.
-Llámame Amy. ¡Annie ha venido un chico!
Bajo con el móvil en mano.
-Bruce, ¿cómo voy?
-Muy guapa.
-¡Mami!- oigo gritar a Carter.
Bajo a saludarla.
-Hola mamá.
Me da un beso en la frente y dice.
-Cielo, vas muy guapa, pero vas un poco de guarra con esa camiseta.
Me río y le digo.
-Mamá, todo el mundo va así.
-Bueno, disfruta mientras puedas, pero ponte una chaqueta que sino te enfriarás.
-Mamá, no tengo ninguna que me vaya con esto.
-Puf hija, haz lo que quieras.
Me subo arriba y cojo de nuevo mi Iphone. Tengo un whatsapp. "Voy a por ti a las nueve" Son las nueve menos cinco. Ding dong.
-Hola señora.
-Llámame Amy. ¡Annie ha venido un chico!
Bajo con el móvil en mano.
-Bruce, ¿cómo voy?
-Muy guapa.
Mi madre me mira, esa mirada de "¿éste es tu novio?" Me frota los hombros y dice.
-¿Chaqueta?
-No me hace falta.
-Creída.
-Gracias guapo. Adiós a todos, no me esperéis despiertos.
-No bebas mucho hija- oigo decir a mi madre por detrás.
Cierro la puerta.
-¿Y el bolso?
Meto mi móvil en un bolsillo especial de la falda y él se ríe.
-Estoy llena de sorpresas.- le digo divertida.
Bruce coge un taxi, me abre la puerta para que me meta y él se mete después.
-¿A dónde se dirigen?- pregunta el taxista.
Bruce dice la dirección, que no oigo porque estoy encandilada mirando por la ventana a un grupo de chicos, alemanes por su aspecto físico, que están borrachos. Son todos muy guapos. Uno me mira y me saluda. Le devuelvo el saludo con una sonrisa. El taxi arranca y llegamos en unos diez minutos. La cola para entrar está llena de chicas arregladas a más no poder.
-Ummm, mira a todas las chicas que puedes acechar esta noche.
-Sí, ya veo. Esa está muy buena.- señala a una chica castaña casi totalmente morena, con ojos enormes azules.
-Dios, apuntas alto ehh.
-Siempre.
Nos encontramos con todos lo chicos y Lily, va impresionante con su vestido negro y con unos tacones de por lo menos diez centímetros. Emily también se ha arreglado mucho, demasiado. Va demasiado maquillada.
-Emily, me parece que tienes que tener más cuidado la próxima vez.- bromeo.
-Jope, ¿me he pasado?
Todos asentimos y Lily y yo la acompañamos al baño a arreglar el Picasso que lleva en la cara.
-Toallita- pido a Lily.
Me pasa la toallita y se la paso a Emily cuidadosamente por la cara. Lily me pasa su neceser de maquillaje. La pinto de nuevo, pero haciendo que parezca más natural.
-Gracias- me agradece Emily.
Salimos del baño. Todas las chicas ya han entrado en el local. Están bailando. Los chicos están en una esquina observando el panorama.
-Disculpe señorita- me dice un camarero-. Me han pedido que le dé esto.
-Oh, gracias.
Cojo la copa y pego un trago. Un cosmopolitan. Busco a quien puedo haberme dado esto. Hay unos cuantos sospechosos. Un chico que lleva un traje con una chaqueta de color azul marino y pantalones también. Uno que lleva una camisa azul y unos vaqueros y uno que lleva una camiseta negra y una chaqueta a juego. Los tres me están mirando. El más guapo es el que lleva la chaqueta azul marino.
-Tía, vamos a bailar esta canción que me encanta.- dice Lily.
Me coge de la mano y me arrastra a la pista. Bailo un poco, balanceándome de izquierda a derecha y viceversa sin perder de vista al chico guapo del traje azul marino.
-Disculpa, eres perfecta para lo que estoy buscando. Me gustaría que te pasarás el domingo por esta dirección. - me dice un hombre, más bien un poco gay.
-Oh, ¿eres tú el de la nueva firma?
-Sí, el mismo.
-Sí, por supuesto, nos vemos.
¿Voy a ser modelo? Madre mía...
Un chico se me pone delante y bailamos.
-¿Cómo te llamas?- me pregunta al oído.
-A.
-¿A?
-Sí.
-Bueno, no importa, yo soy Edward. ¿Quieres algo? Qué esa copa se te está acabando.
-Vale, tráeme otro cosmopolitan.
Ya van cinco cosmopolitans...
-Genial.
Se va y el chico del traje le mira ceñudo. Edward vuelve en un momento. Me da la copa.
-Gracias.
El chico del traje se levanta. ¿Qué pasa? ¿Por qué se va? Sigo bailando sin preocuparme demasiado.
-Disculpa. No debería beberse eso.-oigo una voz grave detrás mío.
Me giro bruscamente, es el chico del traje. Dios mío. De cerca es aun más guapo.
-Deja a la chica en paz. - dice Edward.
-¿Qué pasa?- pregunto desconcertada.
-No te lo bebas.
-¿Y qué pasa si lo hago?
-No lo hagas.
Seguramente me debería fiar de él por su cara seria, pero si no me dice por qué... Me bebo toda la copa de golpe.
-Ven, vamos a seguir bailando.- me coge Edward.
-Joder, niñata, eres tonta. Déjala si no quieres que te denuncie.
Edward me suelta y el chico me agarra para que no me caiga. Me siento mareada.
-Me... Oye, no me encuentro bien. - le digo al chico.
Me coge en brazos y me saca del sitio. Tengo angustia.
-¿Sabe dónde le puedo llevar?
-Sí, a tu casa.
Dios, le acabo de soltar eso. Mi cabeza da vueltas.
-Ya, claro. ¿No tiene amigas?
-¿Chaqueta?
-No me hace falta.
-Creída.
-Gracias guapo. Adiós a todos, no me esperéis despiertos.
-No bebas mucho hija- oigo decir a mi madre por detrás.
Cierro la puerta.
-¿Y el bolso?
Meto mi móvil en un bolsillo especial de la falda y él se ríe.
-Estoy llena de sorpresas.- le digo divertida.
Bruce coge un taxi, me abre la puerta para que me meta y él se mete después.
-¿A dónde se dirigen?- pregunta el taxista.
Bruce dice la dirección, que no oigo porque estoy encandilada mirando por la ventana a un grupo de chicos, alemanes por su aspecto físico, que están borrachos. Son todos muy guapos. Uno me mira y me saluda. Le devuelvo el saludo con una sonrisa. El taxi arranca y llegamos en unos diez minutos. La cola para entrar está llena de chicas arregladas a más no poder.
-Ummm, mira a todas las chicas que puedes acechar esta noche.
-Sí, ya veo. Esa está muy buena.- señala a una chica castaña casi totalmente morena, con ojos enormes azules.
-Dios, apuntas alto ehh.
-Siempre.
Nos encontramos con todos lo chicos y Lily, va impresionante con su vestido negro y con unos tacones de por lo menos diez centímetros. Emily también se ha arreglado mucho, demasiado. Va demasiado maquillada.
-Emily, me parece que tienes que tener más cuidado la próxima vez.- bromeo.
-Jope, ¿me he pasado?
Todos asentimos y Lily y yo la acompañamos al baño a arreglar el Picasso que lleva en la cara.
-Toallita- pido a Lily.
Me pasa la toallita y se la paso a Emily cuidadosamente por la cara. Lily me pasa su neceser de maquillaje. La pinto de nuevo, pero haciendo que parezca más natural.
-Gracias- me agradece Emily.
Salimos del baño. Todas las chicas ya han entrado en el local. Están bailando. Los chicos están en una esquina observando el panorama.
-Disculpe señorita- me dice un camarero-. Me han pedido que le dé esto.
-Oh, gracias.
Cojo la copa y pego un trago. Un cosmopolitan. Busco a quien puedo haberme dado esto. Hay unos cuantos sospechosos. Un chico que lleva un traje con una chaqueta de color azul marino y pantalones también. Uno que lleva una camisa azul y unos vaqueros y uno que lleva una camiseta negra y una chaqueta a juego. Los tres me están mirando. El más guapo es el que lleva la chaqueta azul marino.
-Tía, vamos a bailar esta canción que me encanta.- dice Lily.
Me coge de la mano y me arrastra a la pista. Bailo un poco, balanceándome de izquierda a derecha y viceversa sin perder de vista al chico guapo del traje azul marino.
-Disculpa, eres perfecta para lo que estoy buscando. Me gustaría que te pasarás el domingo por esta dirección. - me dice un hombre, más bien un poco gay.
-Oh, ¿eres tú el de la nueva firma?
-Sí, el mismo.
-Sí, por supuesto, nos vemos.
¿Voy a ser modelo? Madre mía...
Un chico se me pone delante y bailamos.
-¿Cómo te llamas?- me pregunta al oído.
-A.
-¿A?
-Sí.
-Bueno, no importa, yo soy Edward. ¿Quieres algo? Qué esa copa se te está acabando.
-Vale, tráeme otro cosmopolitan.
Ya van cinco cosmopolitans...
-Genial.
Se va y el chico del traje le mira ceñudo. Edward vuelve en un momento. Me da la copa.
-Gracias.
El chico del traje se levanta. ¿Qué pasa? ¿Por qué se va? Sigo bailando sin preocuparme demasiado.
-Disculpa. No debería beberse eso.-oigo una voz grave detrás mío.
Me giro bruscamente, es el chico del traje. Dios mío. De cerca es aun más guapo.
-Deja a la chica en paz. - dice Edward.
-¿Qué pasa?- pregunto desconcertada.
-No te lo bebas.
-¿Y qué pasa si lo hago?
-No lo hagas.
Seguramente me debería fiar de él por su cara seria, pero si no me dice por qué... Me bebo toda la copa de golpe.
-Ven, vamos a seguir bailando.- me coge Edward.
-Joder, niñata, eres tonta. Déjala si no quieres que te denuncie.
Edward me suelta y el chico me agarra para que no me caiga. Me siento mareada.
-Me... Oye, no me encuentro bien. - le digo al chico.
Me coge en brazos y me saca del sitio. Tengo angustia.
-¿Sabe dónde le puedo llevar?
-Sí, a tu casa.
Dios, le acabo de soltar eso. Mi cabeza da vueltas.
-Ya, claro. ¿No tiene amigas?
CHELSEA.
Alguien aporrea la puerta de mi casa. Bajo. La abro.
-Perdón por venir a estas horas. Pero la han drogado.- me dice un chico guapísimo, debe medir uno noventa. Pelo moreno. Y ojos azules, profundos y oscuros. No es de aquí, se nota.
Señala a una chica que tiene al lado sujeta. Mierda, es Annie.
-Pasad, pero no hagáis ruido. Mis padres están durmiendo...
-¡Chelsea! ¿Qué pasa ahí abajo?- me grita mi madre desde el piso de arriba.
-Nada mamá. Eran unos borrachos, ya se han ido...
El chico tumba a Annie en el sofá. Es realmente guapo. Annie está sudando. Nunca la había visto con la cara así.
-Trae un cubo si no quieres que te manche esa preciosa alfombra- dice el chico.
Voy corriendo y cojo uno que está debajo de una gotera. La pongo en debajo de su cara antes de que lo eche todo.
-Pensaba que las drogas no te hacían vomitar...- pienso en voz alta.
-Bueno, es que también va borracha.
Mierda, que vergüenza... Me ruborizo y me voy a la cocina a por un vaso de agua. Se lo doy al chico. Y le da de beber a Annie.
-Era para ti...- le digo.
-Oh, gracias, pero no me hace falta. No tengo sed. Sin embargo, gracias.
Dios, es tan... educado.
-Chels, lo siento- musita Annie.
-No te preocupes amor, pero la próxima vez...
-Oye, mira, la chica no se puede quedar aquí. Y supongo que usted no podrá llevarla a su casa. Así que, no es de mi agrado, pero la puedo llevar a casa. Si lo ve conveniente.
Y una mierda me dice mi subconsciente. Pero a casa... No la puedo llevar yo y no se puede quedar en mi casa...
-Bueno, está bien. Pero ten a mano su móvil y se le llaman sus padres no lo cojas. Mandales un mensaje. Bueno, mejor se lo mando yo ahora...
Me mira desconcertado y yo le saco del bolsillo a Annie el teléfono móvil y busco en la agenda el móvil de su madre y le envío un mensaje.
Vale cariño, pero llamame mañana cuando te despiertes.
Le guardo el móvil en el bolsillo.
-Vale, yo me la llevo. Mañana se la traigo de vuelta.
-Oye, no sé si te la deberías llevar de aquí...
-Chelsea, me ha parecido que es su nombre, no se preocupe, no haré nada malo pero no podía dejar que un gilipollas la tuviera esta noche a sus pies.
Vale, este señor me da cada vez más miedo. Se presenta muy protector y muy serio pero...
-Chels, me sé defender- dice Annie antes de vomitar.
-Llévatela, pero ten cuidado. Por cierto, ¿cómo te llamas?
-Llámame señor Knoxville.
¿Me dice su apellido? Que extraño es este señor...
-Está bien. Adiós señor Knoxville...
-Hasta mañana.
Coge en brazos a Annie y la saca de casa. Miro por la ventana. La mete en un coche. Uau, es un BMV, no sé de muchos coches pero sé que este coche es alucinante y seguro que es muy caro. Es negro y elegante. Cojo el vómito de Annie y con una mano tanpandome las fosas nasales y la otra cogiendo el cubo donde está lo tiro por el retrete. Meto el cubo bajo la ducha y lo lleno y vacío un par de veces antes de meterme en la cama. No me puedo creer que haya dejado a Annie con un desconocido, si le pasa algo... Pesadilla tras pesadilla paso la noche que me parece interminable.
Mamá, me voy a dormir a casa de un amigo. No te preocupes. Un beso.
A los pocos segundos me llega la respuesta.
Vale cariño, pero llamame mañana cuando te despiertes.
Te quiero.
Le guardo el móvil en el bolsillo.-Vale, yo me la llevo. Mañana se la traigo de vuelta.
-Oye, no sé si te la deberías llevar de aquí...
-Chelsea, me ha parecido que es su nombre, no se preocupe, no haré nada malo pero no podía dejar que un gilipollas la tuviera esta noche a sus pies.
Vale, este señor me da cada vez más miedo. Se presenta muy protector y muy serio pero...
-Chels, me sé defender- dice Annie antes de vomitar.
-Llévatela, pero ten cuidado. Por cierto, ¿cómo te llamas?
-Llámame señor Knoxville.
¿Me dice su apellido? Que extraño es este señor...
-Está bien. Adiós señor Knoxville...
-Hasta mañana.
Coge en brazos a Annie y la saca de casa. Miro por la ventana. La mete en un coche. Uau, es un BMV, no sé de muchos coches pero sé que este coche es alucinante y seguro que es muy caro. Es negro y elegante. Cojo el vómito de Annie y con una mano tanpandome las fosas nasales y la otra cogiendo el cubo donde está lo tiro por el retrete. Meto el cubo bajo la ducha y lo lleno y vacío un par de veces antes de meterme en la cama. No me puedo creer que haya dejado a Annie con un desconocido, si le pasa algo... Pesadilla tras pesadilla paso la noche que me parece interminable.
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