A
Mis ojos se comienzan a abrir dificultosamente. Mi cabeza da vueltas. Ayer bebí demasiado. Tapo mi cara con una almohada.
-Annie, hoy nos vamos, vete preparando- me quita la almohada de la cara Chelsea.
Oh, es verdad; hoy es mi último día en París. Voy a ver de nuevo a todo el mundo... incluso a mi padre. Bufo y me levanto y pierdo el equilibrio.
-Uou- intento estabilizarme.
Chelsea me ayuda.
-Te juro que como vuelvas a desaparecer como anoche te mato.
-Lo siento, yo...- recuerdo lo de anoche y lucho contra unas lágrimas que amenazan con salir- ¿Dónde está?
-Está en el cuarto de al lado. Dijiste que no querías dormir con él y me dijo que me cambiaba el cuarto.
-Ah... ¿C-c-cómo me encontrasteis?
-Pues horas y horas buscando.
-N-no me refería a eso...
-Ah... estabas borracha, bailando con unos chicos. Él te cogió y tú le empezaste a gritar. Dijo "No, no podría" pero tú no eras consciente de lo que te decía.
-¿Dijo eso?- lucho contra mi sonrisa.
La puerta se abre.
-¿Estáis listas?- pregunta Ronald.
Me giro para no verle.
-Me tengo que vestir...- murmuro.
La puerta se cierra. No le voy a perdonar tan pronto. Tengo que llegar a Londres, ver a mi familia. Pasar un poco de tiempo con mi padre. Aclarar las cosas con Logan y luego ya hablaré con Ronald. Me visto con lo primero que veo y vamos al aeropuerto. El avión... La última vez lo pasé con Ronald y aún así no es que disfrutara demasiado del viaje... Chelsea y yo facturamos las maletas y nos subimos al avión. Esta vez Chelsea está, todavía no he visto a Ronald. Me agarro de su brazo y cierro los ojos.
-Annie, tranquilízate. Sólo es media hora.
-Chicas, me han dicho que tienes miedo a lo aviones, ¿crees que yendo en cabina irías más tranquila?- pregunta una chica con una sonrisa falsa y una voz de pito.
Miro a Chels. No sé que decir. ¿Eso tranquiliza a los demás?
-Va-va-vale...
Sigo a la chica hasta la cabina. Vaya, esto es impresionante pero me sigue dando miedo. Toco la pared.
-Tranquila, ¿quieres dirigir el avión?- me pregunta el piloto.
-¿Quéé? ¿Estás loco? ¿Quieres que nos mate a todos?
Se ríe y me tiende el mando. Niego con la cabeza. Sonríe y vuelve a dirigir el avión.
¡SORPRESA!- grita a coro un montón de gente.
-¡Annie!- grita Carter corriendo hacia mí.
Le cojo en volandas y le doy muchos besos. Mi madre y Cecilio, Lilly, Emily, Bruce... todos están allí.
-Eh, A, te olvidas siempre de mí eh- dice Logan.
-¡Logan! ¡Oh, te he echado tanto de menos!- me lanzo a sus brazos.
-¿Dónde te has dejado al magnate?
-No sé.
Reconoce mi cara.
-¿Qué ha hecho ese idiota?
-Nada. Vamos.
-A, tenemos otra sorpresa...- dice Lily.
-¡Tachan!- se abren todos.
MI PADRE. Me tiro encima suyo tirándonos a ambos al suelo.
-Hola, muñeca. Estás cada día más guapa- me dice al oído.
-Papá.
-¿Tienes ya vestido para mañana, muñeca?
-Obvio- sonrío.
-Me han dicho que te me vas a hacer famosa. Y... Que hay por ahí un chico que...
-Papá, sh.
-Vale vale. No quieres hablar de eso con tu viejo. ¿Vamos ahora a casa?
-Sí.
Nos vamos cada uno a su casa.
-Muñeca, ¿qué tal tu vida estos últimos años?- se interesa mi padre de camino a casa.
-Bueno, de estudios como siempre. Ahora en París estuve dando clases particulares. Y eso, nada, cantando por sitios- le enseño el recorte de la notica del periódico-. Y triunfando como nadie.
-Mi muñequita se va a hacer famosa. Ya verás.
En mi casa nos contamos todo lo que hemos hecho los últimos años hasta que se hace de noche. Tengo mucho sueño así que me voy a la cama pronto. Carter se duerme conmigo.
No puedo dormir. Me ronda la cabeza la pregunta de por qué la ex-novia de Ronald le sigue llamando tan a menudo. Si quiero volver con él necesito saberlo. No puedo soportalo. Nunca he sido celosa pero que le llame un guarra casi todos los días pues no me hace ninguna gracia. Tengo que hablar con él. Cojo el móvil. Lo echaba de menos. Llevo sin tocarlo un mes. Marco el número de Ronald (ahora me lo sé de memoria).
-¿Sí?- coge el teléfono.
-Ronald, tengo que hablar contigo.
Cuelgo y a los poco minutos aparece. Abro la puerta y me lo encuentro con el pelo alborotado. Una camisa y unos vaqueros. Estaba guapo. Salgo y él viene detrás.
-Ronald, antes de nada. Necesito que me...
-Annabelle, tengo algo que decirte- me corta.
-Di.
-Megan no es sólo mi ex-novia... Ella es... la madre de mi hija.
Noto mi rostro palidecer. ¿Hija?
-¿U-u-una hija?-tartamudeo.
-Sí. Eleanor.
-¿Por qué no me lo habías dicho?
-Te ibas a echar para atrás. No tienes la edad de ser madre.
-¡Ni tú!
-Bueno, Eleanor es mi hija. Y Megan es su madre. Me llama para que hable con ella mientras estoy fuera.
Esto me supera. Cierro los ojos y respiro hondo. Froto mis ojos.
-¿Cuántos años tiene?
-Cinco.
-Ronald, esto no lo puedes hacer. No puedes no decirme este tipo de cosas. No puedes. ¿Yo ahora qué se supone que tengo que hacer?
-Quedarte. No le diré sobre ti. Iré a verla cuando tú no estés. Pero quedate.
-¿Cómo? Ronald yo...
Agarra mi mano y me empuja contra él. Me besa.
-Por favor, quedate.
-Yo... ahora no puedo pensar con claridad. Mejor hablamos mañana. Ya son las once y media y Carter está durmiendo conmigo. Además estoy muy cansada. Hasta mañana.
Me meto en casa. Una hija. Una hija. Tiene una hija con Megan. ¿Por qué no me lo ha dicho antes? ¿Ahora que hago yo? ¿Vuelvo con él? Me ha dicho que no le diría su hija sobre mí pero... ¿estoy de acuerdo con eso? Es un gran compromiso. Una niña de cinco años es una gran responsabilidad. Quiero volver con Ronald pero... es que me lo debería haberlo dicho. Joder, debería habérmelo dicho desde un principio.
***
-¿Muñeca?
-Papá.
-¿Estás lista para mover el esqueleto con tu viejo esta noche?
-Por supuesto.
-¿Me vas a enseñar tu modelin? ¿O es una sorpresita?
-Ah no. Eso ni hablar. Anda vete.
Salgo de mi cuarto y voy a la cocina. Están desayunando todos juntos.
-Annie, ¿qué te pasa? Parece que no hayas dormido- dice Cecilio.
-Ya... No lo he hecho- fuerzo una sonrisa.
-Bueno... ¿estás lista para darlo todo esta noche?
-Mamá, por favor...
-Oh, perdón, que soy una vieja, es verdad.
Abro la puerta para coger el periódico.
-¿Ronald?- pregunto atónita.
-Annabelle- se levanta.
-¿Qué haces aquí?
Lleva lo mismo con lo que vino ayer.
-Dijiste que hablaríamos mañana. Ya es mañana.
Me lanzo a sus brazos.
-¿Por qué eres tan adorable? ¿No puedes un chico normal y corriente? Todo sería más fácil...
-Annabelle, ¿eso qué significa?
-Que soy tonta, eso pasa- le beso.
-Me gusta que seas tonta- me devuelve el beso-. Pero mejor en otro momento. Necesito que dejemos las cosas claras.
-Dime- me aparto-. ¿Qué quieres aclarar?
-Mi hija.
-Puf, tu hija... mira... yo... no creo que mantenerme alejada de tu hija vaya a servir de algo.
-¿Eso qué significa?
-Pues que puede que me puedas presentar a tu hija, en un futuro- sus brazos rodean mi cintura-. Quién sabe, a lo mejor hasta nos hacemos amigas.
***
-Annie, estás hermosa- dice mi madre.
-Gracias. No me hagáis fotos, por favor.
-¿Por?
-No quiero.
-Annabelle.
-Ronald- me tiro hacia él y le beso-. ¿Nos vamos ya?
-No, no, necesito aunque sea una foto.
Una que al final se convierte en mil.
Ronald me tiende la mano para subir al coche. Mi padre acudirá después.
-Annabelle, vas preciosa.
-Ya me lo han dicho antes.
Llegamos al instituto. Lo echaba de menos.
-¡A! ¡Ven! ¡Tenemos mercancía!- grita Lily.
Cojo de la mano a Ronald que me mira raro.
-Ye preciosa, ¿has traído a tu noviete?- pregunta Bruce.
-Ye idiota, ¿has mirado eso de peinarte?
-Sí, mira que lo intento eh. Pero es que no puedo. Me da repelús el cepillo. Tengo cepillo-fobia.
-Ajá. Bueno, decirme.
-Hemos traído alcohol.
-Bien... ¿Y qué queréis que haga?
-¿No vas a ayudar a fundirlo?- pregunta Emily.
-No, me voy con Chelsea. Adiós.
Pasamos por el photocall. Nos hacen la foto y pasamos dentro.
-¡Annie!- grita Chelsea, lleva un vestido negro que realza su nueva figura, muy delgada (más de lo que podría haber apreciado antes), y el pelo rizado cayendo por su espalda.
Examina de arriba abajo a Ronald
-¡Chels! ¡Estás alucinante!
-Gracias. Tú, obviamente, tambien.
-¿No tienes pareja?
-Sí, pero hemos venido como amigos- dice no muy segura.
-Chelsea, ¿quieres un Coca-Cola?- se acerca Logan.
-¿Él es tu pareja?
-Sí- se adelanta Logan.
-Sí, hemos venido como amigos.
-Genial.
-A, vas guapísima- dice Logan.
-Gracias, gracias- digo abanicándome teatralmente.
Chelsea me coge.
-Vamos nosotras a por algo. ¿Queréis algo?
-No, gracias- responde Ronald.
-Ya estoy servido- levanta su copa Logan.
-¿Qué haces con él?
-Hemos vuelto.
- Bien, pero ¿por qué?
-Pues porque sí. Ah, y tiene una hija.
-¿Qué tiene qué? Annie, ¿sabes lo que dices?
-Claro que sé lo que digo. Sólo es una niña de cinco años.
-Chicas, tardais mucho y no me gusta estar con el pelma ese- viene Logan.
-Ronald no es un pelma- frunzo el ceño.
-Ya claro, lo que tú digas.
-Pues no lo es. Nos lo pasamos muy bien.
-Me alegro por vosotros pero no me interesan los detalles.
-Genial. Yo me voy con Ronald. Adiós.
-¡Annie! ¡Tenemos que hablar!- chilla Chelsea.
Me pongo al lado de Ronald.
-Señorita Van Middlesworth- me llama alguien-. ¡Qué bien que esté aquí! ¿Cuándo sube a cantar?
-¿Qué? ¿A cantar?
-Sí. Anda, sube.
Subo. Mierda. ¿Y ahora que canto? Empiezo con una de Kesha que se me viene a la cabeza al mirar a Ronald, "Dinasaur". Mientras la canto Ronald sonríe. Después canto la de "Tik Tok", "I've got the magic in me" de B.o.B ayudada por Bruce como el que rapea, "Everybody Talks de Neon Trees, "Mine" de Taylor Swift, "Lego House" de Ed Sheeran, "Call me maybe" de Carly Rae Jepsen, "Fifteen" de Taylor Swift y acabando por "Titanium" de Sia.
-Muñeca- me toca el hombro-. ¿Bailamos?
-Papá. Claro.
Estamos bailando. Llevo esperando este momento años.
-Disculpa, ¿me la dejas?- pregunta Ronald, educadamente.
-Por supuesto.
***
-Son las dos, Annabelle, deberías irte a dormir.
-Oh Ronald. Llévame a casa, va.
- Ahora mismo.
Nos metemos en el coche.
-Espera, espera. A tu casa, no a la mía.
-¿A mi casa?
-Sí.
Bla bla bla.
En el avión Annie está temblando. No he visto a Ronald. Una azafata se lleva a Annie a la cabina.
-Disculpa, ¿esta el sitio libre?- pregunta un chico moreno.
-Bueno, se acaba de ir.
-¿Puedo?
-Sí quieres.
Se sienta.
-Hay poca gente en primera. Pero a mi me encanta.
-Ya.
-¿Vives en Londres?
-Sí.
-Genial, yo también. ¿Cuántos años tienes?
-Dieciocho.
Me levanto para ir al baño pero se me levanta un poco la camiseta.
-Estás muy delgada. Se te ven las costillas.
¡Mierda! Joder, joder.
-Ya.
-¿Tienes problemas alimenticios?
¿Y a él que más le da? Dios que preguntón.
-No.
-Yo soy nutricionista.
Vamos, ¿qué más me puede pasar?
-Genial. Estoy bien.
-Yo no estaría muy seguro. ¿Cuánto pesas?
-¿Y a ti que te importa?
-Llámame. Te puedo ayudar- me tiende un papel.
Me dirijo al baño.
¿Y ese? ¿Tanto se me nota? Si Annie se entera me mata. No se puede enterar. ¿Nadie comprende que me gusta como se ve mi cuerpo cuando se me notan los huesos? Si no tengo una cara bonita necesito un buen cuerpo. Además ya no lo hago por los demás. Es por mí. Me gusta verme delgada y punto.
Cuando bajamos del avión está todo el mundo esperando. Saludo.
-Chelsea- viene Logan.
-Hola Logan, ¿qué tal? ¿No vas a ver a Annie?
- Bien, supongo. ¿Tú? ¿Has comido?
-Logan, cállate. No quiero que nadie lo oiga ¿vale? Ve a ver a Annie.
Examino a la gente. Están todos, incluso Marc, el padre de Annie.
***
-¡Jane! ¡Trae el vestido!- grito.
-¡Voy!
Jane trae el vestido.
-Gracias, vete. Me voy a vestir.
-¿Por qué no me puedo quedar?
Porque no quiero veas mi cuerpo.
-Adiós- me meto en el baño.
Me quito el albornoz. Repaso mis costillas ,que asoman un poco, antes de meterme dentro de mi vestido negro. Suspiro. Salgo del baño. Jane está esperando.
-Chelsea, estás muy guapa- dice.
-Gracias, ¿me maquillas?
Yo no tengo mucha practica, la verdad. Asiente y coge las pinturas. Me pone la base tapando mis pecas. Después los polvos. El colorete rosa y los ojos con tonos oscuros. Labios rosa intenso.
-Oh, Chelsea, estás... estás...- mi madre se echa a llorar-. Logan ya está aquí.
-Genial, yo me voy ya.
-¡Espera! No te escapes de las fotos.
Pongo los ojos en blanco y bajo.
-Chels, estás alucinante- dice Logan.
-Gracias. Tú tampoco estás mal.
-Vale, ahora poneros aquí para la foto.
Logan me coge en brazos.
-Peso pluma- susurra a mi oído.
-Sh.
-Sonreír- dice mi madre con la cámara a punto de disparar.
El flash me deja casi ciega. Me despido de mi familia y Logan me lleva en su coche al baile.
-¿Quieres algo de comer? Estoy seguro de que hoy no has comido nada.
-No tengo hambre, gracias.
-Chelsea, en serio. No puedes seguir así.
-Estoy bien. Deja de preocuparte.
-Tu madre me ha dicho que estabas rara. No estás bien.
-Puf, no eres mi padre.
-¿Quieres qué se lo diga a tu padre a ver que te dice?
-Ni se te ocurra.
-Ya veremos.
En ese momento veo a Annie
-¡Annie!- grito.
¿Qué hace aquí Ronald?
-¡Chels! ¡Estás alucinante!
Ojalá. Ella lleva un precioso vestido rojo.
-Gracias. Tú, obviamente, también.
-¿No tienes pareja?
No.
-Sí, pero hemos venido como amigos- digo.
-Chelsea, ¿quieres un Coca-Cola?- se acerca Logan.
-¿Él es tu pareja?
-Sí- dice Logan antes de que me dé tiempo a contestar.
-Sí, hemos venido como amigos-aclaro.
-Genial.
-A, vas guapísima- halaga Logan.
-Gracias, gracias- dice Annie.
Tengo que hablar con ella así que la cojo del brazo.
-Vamos nosotras a por algo. ¿Queréis algo?
-No, gracias- me contesta Ronald.
-Ya estoy servido- levanta su copa Logan.
Me llevo a Annie.
-¿Qué haces con él?
-Hemos vuelto- se limita a contestar.
- Bien, pero ¿por qué?
-Pues porque sí. Ah, y tiene una hija.
Tardo en procesar la información.
-¿Qué tiene qué? Annie, ¿sabes lo que dices?
Debe de haber bebido.
-Claro que sé lo que digo. Sólo es una niña de cinco años.
-Chicas, tardáis mucho y no me gusta estar con el pelma ése- corta Logan.
-Ronald no es un pelma- se pica Annie.
-Ya claro, lo que tú digas.
-Pues no lo es. Nos lo pasamos muy bien.
-Me alegro por vosotros pero no me interesan los detalles.
No presto demasiada atención a la conversación.
Annie ha vuelto con Ronald y resulta que éste tiene un hija.
-Genial. Yo me voy con Ronald. Adiós.
-¡Annie! ¡Tenemos que hablar!- grito pero no se gira-. Genial idiota, has conseguido que se vaya.
-Eh, yo no he hecho nada.
-Puf, no quiero seguir aquí. Vayámonos.
-Si es lo que quieres...
-Sí, es lo que quiero.
-Chelsea, en menos de dos semanas te vas. ¿No crees qué deberías pasar con tus compañeros tus últimos días aquí?
-No, prefiero estar sola.
Me gusta estar sola. Soy yo misma. Sólo tengo dos amigos; Logan y Annie. Una se va y el otro... ahí me voy yo. Voy a tener que empezar una vida nueva y todo el mundo sabe que no soy muy social... Y aunque he estado dando clases de italiano no soy una experta.
-Eh, Chelsea, ¿qué a dónde quieres ir?- me despierta de mis pensamientos Logan.
-A casa.
-¿A casa? ¿Y yo qué hago? Yo no quiero ir a casa.
-Puf, pues vete de fiesta.
No pienso ofrecerle venir a casa.
-Vale, simpática. Sube al coche.
-Gracias. No me hagáis fotos, por favor.
-¿Por?
-No quiero.
-Annabelle.
-Ronald- me tiro hacia él y le beso-. ¿Nos vamos ya?
-No, no, necesito aunque sea una foto.
Una que al final se convierte en mil.
Ronald me tiende la mano para subir al coche. Mi padre acudirá después.
-Annabelle, vas preciosa.
-Ya me lo han dicho antes.
Llegamos al instituto. Lo echaba de menos.
-¡A! ¡Ven! ¡Tenemos mercancía!- grita Lily.
Cojo de la mano a Ronald que me mira raro.
-Ye preciosa, ¿has traído a tu noviete?- pregunta Bruce.
-Ye idiota, ¿has mirado eso de peinarte?
-Sí, mira que lo intento eh. Pero es que no puedo. Me da repelús el cepillo. Tengo cepillo-fobia.
-Ajá. Bueno, decirme.
-Hemos traído alcohol.
-Bien... ¿Y qué queréis que haga?
-¿No vas a ayudar a fundirlo?- pregunta Emily.
-No, me voy con Chelsea. Adiós.
Pasamos por el photocall. Nos hacen la foto y pasamos dentro.
-¡Annie!- grita Chelsea, lleva un vestido negro que realza su nueva figura, muy delgada (más de lo que podría haber apreciado antes), y el pelo rizado cayendo por su espalda.
Examina de arriba abajo a Ronald
-¡Chels! ¡Estás alucinante!
-Gracias. Tú, obviamente, tambien.
-¿No tienes pareja?
-Sí, pero hemos venido como amigos- dice no muy segura.
-Chelsea, ¿quieres un Coca-Cola?- se acerca Logan.
-¿Él es tu pareja?
-Sí- se adelanta Logan.
-Sí, hemos venido como amigos.
-Genial.
-A, vas guapísima- dice Logan.
-Gracias, gracias- digo abanicándome teatralmente.
Chelsea me coge.
-Vamos nosotras a por algo. ¿Queréis algo?
-No, gracias- responde Ronald.
-Ya estoy servido- levanta su copa Logan.
-¿Qué haces con él?
-Hemos vuelto.
- Bien, pero ¿por qué?
-Pues porque sí. Ah, y tiene una hija.
-¿Qué tiene qué? Annie, ¿sabes lo que dices?
-Claro que sé lo que digo. Sólo es una niña de cinco años.
-Chicas, tardais mucho y no me gusta estar con el pelma ese- viene Logan.
-Ronald no es un pelma- frunzo el ceño.
-Ya claro, lo que tú digas.
-Pues no lo es. Nos lo pasamos muy bien.
-Me alegro por vosotros pero no me interesan los detalles.
-Genial. Yo me voy con Ronald. Adiós.
-¡Annie! ¡Tenemos que hablar!- chilla Chelsea.
Me pongo al lado de Ronald.
-Señorita Van Middlesworth- me llama alguien-. ¡Qué bien que esté aquí! ¿Cuándo sube a cantar?
-¿Qué? ¿A cantar?
-Sí. Anda, sube.
Subo. Mierda. ¿Y ahora que canto? Empiezo con una de Kesha que se me viene a la cabeza al mirar a Ronald, "Dinasaur". Mientras la canto Ronald sonríe. Después canto la de "Tik Tok", "I've got the magic in me" de B.o.B ayudada por Bruce como el que rapea, "Everybody Talks de Neon Trees, "Mine" de Taylor Swift, "Lego House" de Ed Sheeran, "Call me maybe" de Carly Rae Jepsen, "Fifteen" de Taylor Swift y acabando por "Titanium" de Sia.
-Muñeca- me toca el hombro-. ¿Bailamos?
-Papá. Claro.
Estamos bailando. Llevo esperando este momento años.
-Disculpa, ¿me la dejas?- pregunta Ronald, educadamente.
-Por supuesto.
***
-Son las dos, Annabelle, deberías irte a dormir.
-Oh Ronald. Llévame a casa, va.
- Ahora mismo.
Nos metemos en el coche.
-Espera, espera. A tu casa, no a la mía.
-¿A mi casa?
-Sí.
CHELSEA.
Me despierto pronto. Annie sigue dormida. Ayer me excedí comiendo pero es que sino Annie se iba a dar cuenta. Me visto y me cepillo el pelo y me hago una coleta.Bla bla bla.
En el avión Annie está temblando. No he visto a Ronald. Una azafata se lleva a Annie a la cabina.
-Disculpa, ¿esta el sitio libre?- pregunta un chico moreno.
-Bueno, se acaba de ir.
-¿Puedo?
-Sí quieres.
Se sienta.
-Hay poca gente en primera. Pero a mi me encanta.
-Ya.
-¿Vives en Londres?
-Sí.
-Genial, yo también. ¿Cuántos años tienes?
-Dieciocho.
Me levanto para ir al baño pero se me levanta un poco la camiseta.
-Estás muy delgada. Se te ven las costillas.
¡Mierda! Joder, joder.
-Ya.
-¿Tienes problemas alimenticios?
¿Y a él que más le da? Dios que preguntón.
-No.
-Yo soy nutricionista.
Vamos, ¿qué más me puede pasar?
-Genial. Estoy bien.
-Yo no estaría muy seguro. ¿Cuánto pesas?
-¿Y a ti que te importa?
-Llámame. Te puedo ayudar- me tiende un papel.
Me dirijo al baño.
¿Y ese? ¿Tanto se me nota? Si Annie se entera me mata. No se puede enterar. ¿Nadie comprende que me gusta como se ve mi cuerpo cuando se me notan los huesos? Si no tengo una cara bonita necesito un buen cuerpo. Además ya no lo hago por los demás. Es por mí. Me gusta verme delgada y punto.
Cuando bajamos del avión está todo el mundo esperando. Saludo.
-Chelsea- viene Logan.
-Hola Logan, ¿qué tal? ¿No vas a ver a Annie?
- Bien, supongo. ¿Tú? ¿Has comido?
-Logan, cállate. No quiero que nadie lo oiga ¿vale? Ve a ver a Annie.
Examino a la gente. Están todos, incluso Marc, el padre de Annie.
***
-¡Jane! ¡Trae el vestido!- grito.
-¡Voy!
Jane trae el vestido.
-Gracias, vete. Me voy a vestir.
-¿Por qué no me puedo quedar?
Porque no quiero veas mi cuerpo.
-Adiós- me meto en el baño.
Me quito el albornoz. Repaso mis costillas ,que asoman un poco, antes de meterme dentro de mi vestido negro. Suspiro. Salgo del baño. Jane está esperando.
-Chelsea, estás muy guapa- dice.
-Gracias, ¿me maquillas?
Yo no tengo mucha practica, la verdad. Asiente y coge las pinturas. Me pone la base tapando mis pecas. Después los polvos. El colorete rosa y los ojos con tonos oscuros. Labios rosa intenso.
-Oh, Chelsea, estás... estás...- mi madre se echa a llorar-. Logan ya está aquí.
-Genial, yo me voy ya.
-¡Espera! No te escapes de las fotos.
Pongo los ojos en blanco y bajo.
-Chels, estás alucinante- dice Logan.
-Gracias. Tú tampoco estás mal.
-Vale, ahora poneros aquí para la foto.
Logan me coge en brazos.
-Peso pluma- susurra a mi oído.
-Sh.
-Sonreír- dice mi madre con la cámara a punto de disparar.
El flash me deja casi ciega. Me despido de mi familia y Logan me lleva en su coche al baile.
-¿Quieres algo de comer? Estoy seguro de que hoy no has comido nada.
-No tengo hambre, gracias.
-Chelsea, en serio. No puedes seguir así.
-Estoy bien. Deja de preocuparte.
-Tu madre me ha dicho que estabas rara. No estás bien.
-Puf, no eres mi padre.
-¿Quieres qué se lo diga a tu padre a ver que te dice?
-Ni se te ocurra.
-Ya veremos.
En ese momento veo a Annie
-¡Annie!- grito.
¿Qué hace aquí Ronald?
-¡Chels! ¡Estás alucinante!
Ojalá. Ella lleva un precioso vestido rojo.
-Gracias. Tú, obviamente, también.
-¿No tienes pareja?
No.
-Sí, pero hemos venido como amigos- digo.
-Chelsea, ¿quieres un Coca-Cola?- se acerca Logan.
-¿Él es tu pareja?
-Sí- dice Logan antes de que me dé tiempo a contestar.
-Sí, hemos venido como amigos-aclaro.
-Genial.
-A, vas guapísima- halaga Logan.
-Gracias, gracias- dice Annie.
Tengo que hablar con ella así que la cojo del brazo.
-Vamos nosotras a por algo. ¿Queréis algo?
-No, gracias- me contesta Ronald.
-Ya estoy servido- levanta su copa Logan.
Me llevo a Annie.
-¿Qué haces con él?
-Hemos vuelto- se limita a contestar.
- Bien, pero ¿por qué?
-Pues porque sí. Ah, y tiene una hija.
Tardo en procesar la información.
-¿Qué tiene qué? Annie, ¿sabes lo que dices?
Debe de haber bebido.
-Claro que sé lo que digo. Sólo es una niña de cinco años.
-Chicas, tardáis mucho y no me gusta estar con el pelma ése- corta Logan.
-Ronald no es un pelma- se pica Annie.
-Ya claro, lo que tú digas.
-Pues no lo es. Nos lo pasamos muy bien.
-Me alegro por vosotros pero no me interesan los detalles.
No presto demasiada atención a la conversación.
Annie ha vuelto con Ronald y resulta que éste tiene un hija.
-Genial. Yo me voy con Ronald. Adiós.
-¡Annie! ¡Tenemos que hablar!- grito pero no se gira-. Genial idiota, has conseguido que se vaya.
-Eh, yo no he hecho nada.
-Puf, no quiero seguir aquí. Vayámonos.
-Si es lo que quieres...
-Sí, es lo que quiero.
-Chelsea, en menos de dos semanas te vas. ¿No crees qué deberías pasar con tus compañeros tus últimos días aquí?
-No, prefiero estar sola.
Me gusta estar sola. Soy yo misma. Sólo tengo dos amigos; Logan y Annie. Una se va y el otro... ahí me voy yo. Voy a tener que empezar una vida nueva y todo el mundo sabe que no soy muy social... Y aunque he estado dando clases de italiano no soy una experta.
-Eh, Chelsea, ¿qué a dónde quieres ir?- me despierta de mis pensamientos Logan.
-A casa.
-¿A casa? ¿Y yo qué hago? Yo no quiero ir a casa.
-Puf, pues vete de fiesta.
No pienso ofrecerle venir a casa.
-Vale, simpática. Sube al coche.