2 de enero de 2013

¡Sorpresa, sorpresa!

A

-¡Annabelle Van Middlesworth! ¡Tienes qué ir al instituto!
Me despierto sobresaltada. Mierda son las nueve. Ya, no llego.
-Joder, lo siento, es que me he quedado dormida- digo poniéndome el uniforme.
-No me digas. Va. Rápido. Te he comprado un café de Starbucks.
Cogemos el autobús al instituto, entretanto yo me bebo el café. Llegamos y vamos corriendo hasta la entrada. Nos abren la puerta.
-Gracias Chels, nos vemos luego.
-Adiós. Te quiero.
Pasan las clases, la mayoría me las paso durmiendo. Cuando acabamos Chelsea y yo vamos a comer a su casa. Su hermana y yo nos llevamos muy bien es como una pequeña yo. Tiene novio, o eso me ha dicho y me ha hecho preguntas sobre la primera vez. Eso sí, cuando Chels estaba dormida que si no me mata por decirle esas cosas. Le he contado algunas cosas que creo que debería saber. A las cuatro nos hemos ido al gimnasio.
-Chels, ¿sabes qué me pasó ayer?
-No, si no me lo cuentas....
-Oye, estás un poco borde últimamente, eh.
-Perdón. ¿Qué te pasó?
-Pues Logan me besó.
Sus ojos se clavan en los míos abiertos de tal forma que daba miedo.
-Y... y... ¿Sois algo?
-No, me enfadé con él y me fui.
-Dios Annie, pobrecito...
-Bueno, no he acabado...
-¿Qué? No me digas ahora que Ronald también te besó...
-No tía. A ver, Ronald...
-Empezamos bien...-dice poniendo los ojos en blanco.
-Me vino a ver ayer a casa, para hablar lo del disco y tal...
-El disco que vas a grabar....
-Sí, porque me quiere llevar a Nueva York y quería hablar con mi madre para ver que día me podría ir...
-Espera, ¿te vas?
-Sí...
Sus ojos se abren más que la última vez, una cosa que creía imposible.
-¿¡Cómo te vas a ir?!
-Sí, pero no a Nueva York, primero a París y luego vamos a ir por el mundo para promocionarme y tal.
Creo que le ha dado un shock porque se ha bajado de la cinta corredora.
-¿Cuándo pensabas decírmelo?
-Me lo dijo ayer, y no sé, te lo he dicho un día después
-Annie, no te puedes ir. No nos veríamos en meses.
-Claro que nos veríamos, vendré de visita, tía.
-Pero no sé, es como si te mudaras...
-Que no... Tendré que venir a ver a mi familia, ¿no crees? Además no voy a irme más unos meses
-Me da igual, Annie, yo no quiero que te vayas.
-¡Que no me voy!
-Sí, sí, que te vas.
-Pero no para siempre.
-¡Pero es que nada es para siempre!
-A ver Chels, lo siento, pero es que yo quiero ir, es la oportunidad de mi vida...
-Yo no voy a ser la que te lo impida.
En ese instante guardamos silencio hasta que Chels se lanza para darme un abrazo
.

Estamos una hora más antes de irnos a nuestras respectivas casas. 
La verdad es que no pensaba que una persona pudiera estar tan impaciente por ver a una persona. Me sumerjo en la ducha.
No sé que me pasa, la verdad es que creo que Ronald me gusta, pero no quiero entrar en una relación... ¿o sí? ¿Es tal vez ya el momento de entablar una relación amorosa estable? Sigo siendo muy joven y bueno... prometí que nunca me enamoraría otra vez pero... Ronald es maduro y me gusta como me trata. Soy una niña sin rumbo. Siempre he creído que con esa vez ya tuve bastante pero... ¿y si es hora de volver a intentarlo? ¿Y si es la persona que necesito en mi vida? Podría estar perdiendo mi única oportunidad de enamorarme de una persona que ciertamente es lo mejor que podría encontrar, sin embargo, ¿si él siente lo mismo por qué no me ha besado ya? ¿Le habrá intimidado que me hicieran todas esas cosas y no quiere estar conmigo por qué piensa qué puedo tener un trauma?
-¡Annie! ¿Te has ahogado en la ducha o qué?- vocifera mi madre desde la cocina.
-No mamá- me limito a contestar.
-¡Por si no lo has entendido es una indirecta de qué salgas ya!
¿No me digas? No me había dado cuenta...
Salgo de la ducha y me miro al espejo. Examino mi cuerpo.
-Tal vez no le guste mi físico y él busca... algo mejor...- digo para mi misma.
-¡Annie!
-¡Mamá no me molestes estoy tocándome en la ducha!
A ver si así me deja ya en paz, por favor.
-¡Annie ha venido tu amigo!
¿Mi amigo? ¿Qué amigo? Mierda, espero que haya se refiera a él, si es él me da algo.
Bajo a trompicones las escaleras sujetando la toalla.
-A, tengo que hablar contigo.
Logan...
-Joder, eres tú, ¿qué quieres?- digo tajante.
-A, tengo...
-Ya, ya, tienes que hablar conmigo.
-¿Puedes vestirte y salir a hablar conmigo? Por favor.
-No. Si quieres ven a mi cuarto.
Subo y aunque duda un poco después viene detrás. Entramos y cierro la puerta.
-Verás, lo que pasó ayer...
-¿Te arrepientes?
-Si... quiero decir, no. Es sólo que no pensé que te enfadarás.
-Mira Logan, tú a mí, no me gustas.
-No, claro que no. A ti te gusta el rico ese.
-No te importa, creo que te deberías ir ya.
-A, ¿podríamos ser amigos, cómo antes?
-Nadie ha dicho que lo hubiésemos dejado de ser idiota. Anda tira.
Se ríe y le acompaño a la puerta.
-Hablamos- me guiña un ojos-. Te quiero amiga.
Le pego en el hombro y cierro la puerta.
-Bueno señorita, me parece que siempre que vengo la encuentro así.
Me giro de una forma tan brusca que hago que se caiga una de las lámparas que hay en el recibidor.
-Ronald, ¿q-q-qué haces aquí?
-Como le dije, teníamos que aclarar unas cosas y además, anoche, se le olvido darme la chaqueta.
-Ya... ¿Y cómo es qué no te he oído entrar?
-Estaría muy metida en eso de "tocarse en la ducha" y no me habrá oído.
Creo que acabo de morir. Annabelle, piensa rápido.
-Bueno, ¿y por qué no me has avisado? A ti te habría hecho un hueco.
-¿En la ducha?- pregunta con las cejas levantadas.
-Bueno, yo no me refería a eso, pero si eso es lo que tú quieres...
-Bueno, pues yo, realmente he venido para hablar con usted y su familia acerca de el viaje.
-Sí, exacto, ya nos ha contado como sería el estudio y dónde te alojarías- dice mi madre un tanto ansiosa.
Supongo que estaría deseando que cambiáramos de tema.
-Hum, pues a mí de eso no me ha dicho nada.
-Será porque usted no se ha tomado la molestia de preguntarlo.
-Porque tal vez no me interesa... En fin, a lo que vamos, ¿cuándo nos vamos a París?
-Pues mañana.
-¡¿M-m-mañana?!
-Sí, mañana. Ya te dije que el vuelo salía el sábado por la mañana, lo he adelantado a el viernes noche.
Dios, tengo que hablar con Chelsea, parece que me voy antes de lo que yo pensaba.
-Bueno, todo perfecto. Voy a dormir para irnos mañana. Adiós-digo empujando le hacia la puerta.
-Señorita, recuerde que mañana a las ocho y media vendré a por usted y la llevaré a clase.
-¿A las ocho y media? ¿Para qué?
-La llevaré a clase para decirle a su profesor que va a dejar de ir a ese instituto.
-¿Eso no lo tendría que decir mi madre? Además, ¿qué pasa con mi graduación?
-Eso serán temas a discutir con el director. Ahora duerma, mañana comienza una aventura.
Mi corazón va a mil por minuto como poco.

Mi móvil suena en mi cuarto. 

CHELSEA.

-Chels, despierta.
Alguien me sacude.
Vestir, arreglar, desayunar y dientes en ese orden. Voy a la parada del bus. Cuando llego al instituto  busco a Annie para contarle que me voy de vacaciones, aunque aún queda. ¿Dónde está? He preguntado a Lily y a Bruce pero no tienen ni idea. Cojo otro autobús para ir a su casa no antes de comprar un mocca blanco en Starbucks, seguro que está dormida (no es la primera vez que pasa). Tengo una copia de la llave de su casa así que abro la puerta. Subo a su cuarto y grito:
-¡Annabelle Van Middlesworth! ¡Tienes que ir al instituto!
Se levanta, se pone el uniforme y le doy el café.
Cuando acaban las clases Annie y yo nos vamos a mi casa a comer. Una vez hemos acabado de comer nos vamos a mi cuarto con mi hermana. Yo acabo quedándome dormida.
Vamos al gimnasio.
-Chels, ¿sabes qué me pasó ayer?-dice Annie.
-No, si no me lo cuentas...
-Oye, estás un poco borde últimamente, eh.
La verdad es cierto, no sé que me pasa.
-Perdón. ¿Qué te pasó?
-Pues Logan me besó.
¿Qué Logan la besó? 
-Y... y... ¿Sois algo?- tartamudeo. 
-No, me enfadé con él y me fui.
Buf, menos mal.
-Dios Annie, pobrecito...
Me da pena, él no tiene la culpa de haberse pillado por Annie.
-Bueno, no he acabado...
-¿Qué? No me digas ahora que Ronald también te besó...
Aunque ya no me sorprendería.
-No tía. A ver, Ronald...
Lo que yo pensaba.
-Empezamos bien...
-Me vino a ver ayer a casa, para hablar lo del disco y tal...
-El disco que vas a grabar....
¿Por qué siempre consigue lo qué quiere?
-Sí, porque me quiere llevar a Nueva York y quería hablar con mi madre para ver que día me podría ir...
¿¡A dónde?!
-Espera, ¿te vas?
-Sí...
-¿¡Cómo te vas a ir?!
-Sí, pero no a Nueva York, primero a París y luego vamos a ir por el mundo para promocionarme y tal.
¡Eso no responde a mi pregunta!
-¿Cuándo pensabas decírmelo?
La conversación continua en discusión hasta que me doy cuenta que no es su culpa. Ella sólo quiere cumplir su sueño.
Llego a casa cansada de todo el ejercicio hecho.
Estoy consiguiendo mi meta de los sesenta. Espero que para verano ya esté en sesenta. Me peso casa semana, los viernes. Mi madre está muy orgullosa de mí. Se le nota, su cara se ilumina cuando ve que como sano y hago ejercicio y aunque nunca le ha agradado Annie parece que haber hecho que yo me haga más sana está haciendo que su afecto hacia ella crezca poco a poco.
Dejo mi mochila de deporte en el perchero. Me encamino al baño para darme un ducha antes de que mi padre me llame. Acudo a la cocina donde yacen sentados mis padres. Un par de minutos más tarde baja mi hermana aún con la cara llena de una mascarilla color verde y su pelo recogido en un moño mal hecho.
-Bueno, hijas- Comienza diciendo mi padre sujetando las manos de mi madre entre las suyas con firmeza-. La verdad, es que ayer estuvimos hablando de las vacaciones de verano.
-Sí, y vamos a ir a Roma, ¿verdad?-Alega mi hermana ávidamente.
-Sí, de eso no hay duda. Pero hay una segunda parte- continua mi padre.
-¿Segunda parte?- pregunto.
La verdad, nunca me gustaron las segundas partes...
-Sí, chicas, dejad acabar a vuestro padre- dice mi madre, su voz suena más apagada de lo normal.
-Bueno,  la verdad, es que nos vamos a Roma, como decidisteis. Sin embargo, nos vamos a principios de abril o a finales de marzo.
¿En abril? ¿Por qué en abril?
-Abril... Eso significa que vamos a vivir a Roma, ¿no?- responde Jane desinteresadamente.
¿Mudarnos? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cómo ha deducido eso mi hermana?
Mi padre asiente y expone por qué nos vamos.
Todo se debe a que el super mega jefe quiere construir más fábricas y le ha dicho a mi padre que creía que con la experiencia que tenía mi padre sería más útil en una nueva fábrica. Mi padre se dio cuenta de que era una indirecta de que ya no les servía de nada así que acepto la oferta. No obstante le ha dejado elegir el lugar donde construir la fábrica e irse a vivir. También nos proporciona casa y nos remunera los billetes de avión así que, según mi padre, "no nos podemos quejar".
Creo que no he recibido noticia tan fuerte en toda mi vida.
Tardo en asimilar la noticia varios minutos.
Si me voy en abril a empezar una nueva vida quiero empezarla bien.
No quiero ser otra vez la gorda. Quiero ser desde el inicio la guapa, la chica por la que todos los chicos están pillados. Así que me tendré que poner las pilas.
Voy a emprender una nueva vida y eso me va a costar.
Voy al baño pero he decidido darme un baño en lugar de la ducha; necesito relajarme.
Mientras me quito la ropa miro mi cuerpo en el espejo.
Soy una chica que está en proceso de ser alguien que consigue lo que quiere.
Tal vez si hago más ejercicio, ejercicio todos lo días, podría conseguir mi propósito antes de Abril. No es poco porque trece kilos es muchísimo y si en dos semanas digamos que he perdido cinco kilos serían diez por mes, creo que eso es más que suficiente, sin embargo hacer ejercicio todos lo días me iría bien pero es que ahora que Annie se va y no tendré con quien hacerlo. Y otra cosa, también le tengo que decir a Annie que cuando ella venga de visita a ver a su familia a mi no me verá. Puf, demasiadas cosas. Ya hablaré con ella mañana, si me da tiempo...
Tengo que plantearme que aspecto quiero tener. Quiero tener un ideal antes de irme.
Una chica rockera, siempre he querido ser pelirroja  como Hayley Williams, pelirrojo cereza, y cortarme mucho el pelo. Tendré que renovar mi armario y comprar muchas cosas. Para todo esto necesitaré a Annie.
¿De guarra? Puede ser...
O también una princesa. Dejo mi pelo como está, compro diademas y ropa más de niña.
Sea lo que sea voy a tener que renovar mi armario así que intentaré ir con Annie, si vuelve antes de que yo me haya ido...
Me masajeo la cabeza mientras me pongo el champú y me relajo por completo.
En el momento que salgo de la bañera cojo mi móvil para llamar a Annie.
Oigo cinco pitidos antes de que me lo coja.
-Annie, tengo que decirte una cosa.
-Hey Chels, dime. 
-Bueno, a ver, mi padre me ha dicho que en Abril... nos mudamos a Roma.
Pasan cuantiosos y duraderos minutos hasta que Annie balbucea.
-¿T-t-te vas?
-Sí, pero antes...
-Chelsea, eso significa que no... que... a lo mejor no nos volvemos a ver...
-Annie, sí que nos volveremos a ver. Tú te vas por el mundo e imagino que pasarás por Roma. Y además con todo el dinero que vas a conseguir cantando y con tu disco seguro que te puedes permitir venir cuando tú quieras. 
-Pero Chels...
-Lo único que necesito es que estés aquí unos días para cambiar mi aspecto.
-¿Cambiar tu aspecto?
-Sí, mañana hablamos.
-Espera, Chels, yo me voy mañana.
-¿¡Mañana?!
-Sí...
-Annie eso significa que seguro que no nos volvemos a ver.
-Sí, mira, vamos a París no sé cuanto tiempo pero cuando volvamos yo te ayudaré y me quedaré el tiempo que haga falta. 
-Bueno, ¿y a qué hora te vas?
-Por la noche. 
-Pues bueno, mejor hablamos mañana. Cara a cara y me lo explicas todo mejor.
-Vale, adiós. 
-Adiós, te quiero. 
"Annie se va mañana. Annie se va mañana. Annie se va mañana..." Repito en mi cabeza intentando convencerme de que es verdad.
Si ella se va no voy a tener quién me ayude a cambiar mi aspecto. Ella es en la única en quién confío. La única que sé que me va a decir la verdad, sea cual sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario