A
-Annie, no puedo dormir...
Abro los ojos un poco, lo suficiente para ver a Carter delante de mí con su pijama de conejitos y varitas mágicas con su osito de peluche.
-Ven, túmbate- descubro la cama y me hago a un lado.
Carter se tumba a mi lado y le rodeo con mi brazo derecho.
-Annie...
-Dime.
-No quiero que te vayas...
-Oh Carter, no me voy. Volveré antes de que te des cuenta.
-No, Annie, si te vas... ¿qué pasa con Marc?
Marc... Mi padre... No lo había pensado. Si me voy no tendré baile con mi padre y la verdad siempre ha sido lo que más he ansiado.
-Carter, duérmete, va.
Mi padre... Sale en un mes o así y supongo que habré vuelto. ¿Pero y si no lo he hecho?
La noche la paso en vela dándole vueltas al asunto.
Me levanto de la cama tratando de no despertar a Carter pese a que el despertador ya ha sonado y es posible que ya lo haya despertado.
Sí, efectivamente; le ha despertado. Se despereza y se va a su cuarto a prepararse para clase. Yo, una vez lista, espero a que Ronald llegue para que me lleve a clase. Cojo su chaqueta y me la pongo.
Llaman al timbre y voy a abrir corriendo.
-Señorita, buenos días.
-Buenos días, Ronald. Tengo que preguntarte cosas.
Frunce el ceño y dice:
-Por supuesto. ¿Qué pasa Annabelle?
Me abre la puerta de su coche.
-Pues bueno, -me meto en el coche-lo que pasa es que necesito saber cuanto tiempo vamos a estar fuera.
Por un momento parece (aliviado? Chafado?)
-Muchas veces pero poco tiempo. Si es a lo que se refiere.
-Vale... Y ¿vamos a pasar por Roma en Abril?
-No hay fechas puestas señorita.
-Bueno...
-Señorita, eso ya lo aclararemos después.
Pasamos el viaje en silencio.
Me abre la puerta del coche para que salga y a continuación voy a entrar en el insti. Ronald va detrás. La gente está mirandonos y murmurando.
-¡A!- grita Lily desde el otro lado del patio- Esta tarde vienes a la sesión de fotos, ¿no?
Hostia, las fotos. Se me habían olvidado.
-Sí, asistirá pero poco rato- contesta Ronald.
Lily está embobada con Ronald.
¿Por qué diablos contesta si no tiene ni idea de que estamos hablando?
-Gracias Ronald, pero sé hablar. ¿A qué hora es Lily?
-A las 5 pm. No llegues tarde.
-Vale, hasta luego amor.
Ronald me toca la cintura y da un leve empujón para que camine.
No entiendo por qué pero noto como en mi cara se dibuja una sonrisa al sentir su mano en mi cintura.
Vamos hasta el despacho del director y ya dentro Ronald entabla una conversación con él. Yo no presto atención estoy metida en mis pensamientos. Observando a Ronald hablar. Su boca. Esa boca que quiero sobre la mía. Relamo mis labios y muerdo mi comisura izquierda.
No entiendo por qué rayos no me ha besado ya. Quiero que lo haga. Necesito que lo haga. Quiero que me haga suya y que él sea mío. Es la primera vez que no consigo lo que quiero cuando quiero y eso me da rabia pero también aumenta las ganas.
-Annabelle, ¿me estás escuchando?-dice el director.
-Sí, sí-digo dejando atrás mis pensamientos.
-¿Qué qué opinas de lo del baile?
-¿Qué pasa con el baile?
-Dios, me extraña que saque tan buenas notas con la atención que presta.
Ronald se ríe y yo aprieto mis labios como desacuerdo. -¿Me decís ya a qué tengo que contestar?
-El director le pregunta qué si vas a ir al baile de primavera. El 22 de marzo.
-Ah, pues por mi sí. ¿Puedo?- miro a Ronald como si él me tuviera que dar permiso.
-Por supuesto, señorita. No haremos planes para ese 22 de marzo y ya.
-Vale, gracias. ¿Me puedo ir ya a clase?
-Annabelle, si hubiese estado más atenta se habría dado cuenta de que hoy no viene a clase.
-¡Pero me tengo qué despedir de la gente!
-Annabelle...
-¿Qué?
-Ven, acompáñame- Ronald me coge la mano y salimos del despacho.
Me lleva por los pasillos hasta mi clase. Abre la puerta y todos se quedan mirándonos.
-Disculpa, pero no puedo irrumpir en mi clase así- dice Carrie sonriéndole.
Yo le cojo la mano de forma más visible para que se dé cuenta de que es mío. Bueno, no es mío pero de ella tampoco.
Ronald se ríe al notar lo que acabo de hacer.
-Es que la señorita se va y no quería hacerlo sin despedirse-aclara Ronald.
Miro a Lily que está atónita. Viene corriendo.
-¡Tía! ¡No me habías dicho que te ibas!- grita como si no estuviese en clase.
-¡No se lo dijiste a nadie!
-¡Podríamos haberte organizado un fiesta!
La clase se llena de gritos y murmureos.
-Vale, a ver-comienzo a diciendo- en el baile voy a estar aquí así que no os preocupéis y bueno, si he venido ahora no es para que os quejéis de que no os había avisado ¡sino para qué me deis todos un abrazo!
En ese momento todos se avalanchan sobre mi y noto como la mano de Ronald se escapa.
En el momento en que he conseguido quitarme a todos de encima vamos a la otra clase. Nada más entrar Chelsea me abraza y permanecemos así varios minutos. Oigo a Ronald explicar lo que pasa y todos vienen y me vuelven a apretujar.
Chels y yo mantenemos un conversación que hace que casi me ponga a llorar y después Ronald y yo nos vamos del instituto.
Le cojo de la mano y él la acepta.
-Señorita, ¿se ha hecho la maleta?
-La verdad, no.
-¿Se piensa ir desnuda?
-Bueno, depende de a dónde me lleves.
-Ya vale señorita, a hacerse la maleta.
Nos vamos a mi casa y allí cojo lo primero que veo.
-Ronald, ¿puedes coger lo que hay en ese cajón?-señalo el cajón de ropa interior.
-Por supuesto, Annabelle.
Sí, lo he hecho a posta pero no creo que le importe ya me ha visto en sujetador.
Una vez abre el cajón sonríe y coge lo máximo de prendas que sus manos pueden acarrear. Ambos las guardamos en la maleta.
A la una nos dirigimos a un restaurante. Comemos y después le llevo a Hyde Park.
-Ronald.
-Dime.
-¿Dónde voy a actuar?
-En clubs nocturnos, bares, restaurantes. Diferentes sitios.
-Ah... ¿Y tú estarás conmigo en todo momento?
-Por supuesto.
-Bien.
Entrelazo mis dedos y los suyos y le doy un beso en la mejilla. Siempre está afeitado. Caminamos un buen rato en silencio con las manos cogidas. A las cuatro y media vamos a la dirección donde me van a hacer las fotos. Llegamos muy puntuales y Lily ya está ahí.
-Ay tía, que ilusión, ¡nos van a hacer una sesión de fotos!-grita Lily.
Una chica rubia nos hace pasar a una habitación llena de ropa. Ronald se queda fuera.
-Poneros el primer conjunto y después ir a peluquería y maquillaje-dice la chica.
-Oye, A, ¿ese chico y tú sois novios?-pregunta Lily una vez la mujer ha salido de la habitación y ha cerrado la puerta.
-No, no somos nada. Todavía.
-Sería tu primer novio. Desde que te conozco no has tenido ninguno.
-Ya... Pero bueno, no sé si llegaremos a tanto...
-Dios A, te encanta ese tío.
-¿Qué? No me encanta, es sólo un chico que me parece guapo.
-Ya...
Nos cambiamos y la misma chica rubia nos conduce a una habitación que está llena de estilistas. Nos peinan, nos maquillan y después no llevan a otra habitación blanca.
Ronald sonría al verme y yo le devuelvo la sonrisa.
-Oh chicas, genial, estáis monísimas de la muerte. Poneros por aquí y ahora viene el fotógrafo.
Lily y yo estamos riéndonos tontamente.
Entra el fotógrafo y mi corazón da un vuelco.
-¿Annabe?- dice éste con su grave voz.
Sólo hay una persona que me llamaba así. Trago saliva y digo.
-Dave...
-Dios, estás igual de guapa que la última vez que te vi.
-¿Tú crees? Porque que yo sepa la última vez que me viste me dejaste un moratón.
Sé que no lo debería de haber dicho pero es que me ha salido solo.
Ronald se tensa y se pone a mi lado.
-Annabe, yo... Me arrepentí en cuanto lo hice yo... estaba enamorado de ti.
-Sí, de mí...
-Y...
-Disculpe, pero no voy a permitir que éste le haga las fotos a Annabelle- interviene Ronald.
-¿Tú quién eres el nuevo marido de Mar?-vacila Dave.
-No, es el mío- digo cogiéndole nuevamente de la mano.
-¿Estás saliendo con un estirado? Pensaba que tenías más gusto para chicos...
-Ya, sobretodo lo tuve eligiéndote a ti, ¿no? Un tío que me pegaba, que jugó conmigo y que ahora dice que estaba enamorado de mí.
-Annabe, sigo enamorado de ti, volví a pedir perdón pero me dijeron que te habías mudado.
-¿Tía? ¿Qué está pasando?- dice Lily confusa.
¿Está enamorado de mí? Y que más...
-Bueno, perdón por interrumpir pero necesito que os hagáis la fotos y no tengo otro fotógrafo- se mete el chico de la firma.
-Vale, yo me las haré, en cuanto me expliquéis que acaba de pasar- dice Lily.
-Es un ex. Y ya. Es un gilipollas. Ya te lo contaré. Va, las fotos rápido que me tengo que ir a París.
Ronald va a decir algo pero le corto y le doy una señal de que se siente.
Dave nos hace las fotos. Me lo paso realmente bien y me olvido de que el fotógrafo es el hijo de puta que me rompió el corazón.
Cuando acabamos me despido de Lily con muchos besos y abrazos. El chico de la firma, llamado Jonás me dice que le ha encantado trabajar conmigo y que cuando vuelva le llame para hacer más fotos, también me ha prometido que traerá a otro fotógrafo. A Dave, directamente, ni le miro a la cara.
Ronald y yo nos metemos en el coche y arranca.
-No deberías haber dejado que ése te hiciese las fotos-dice Ronald.
-¿Por qué? Eso sólo demostraría que él es más fuerte que yo.
-Annabelle, ese chico no estaba mintiendo con lo que decía. Prométame que no volverá con él.
-¿Y eso? No pensaba volver con él por nada del mundo pero... ¿qué más daría?
-Annabelle, él estaba arrepentido y aunque sea cierto no debes volver con él, te hizo cosas horribles y no creo que una persona tenga que retomar algo que dejo. No quiero que vuelva con él, simplemente eso. No me cae bien.
-Ronald, ¿lo ves cómo amenaza? Porque por como hablas da la impresión que piensas que voy a caer rendida a sus pies.
-Annabelle, sé como sois las niñas de dieciocho años. Muchas ya habrían caído a sus pies y no sería de mi agrado que usted lo hiciera.
-Mmmm, vale. Bueno, ¿puedes pasar por casa de Chels?
-Claro. Chelsea ha adelgazado mucho, ¿me equivoco?
-No, no te equivocas. Ahora que me voy no sé con quién hará el ejercicio.
Llegamos y yo salgo corriendo y llamo a su puerta.
-¡Annabelle date prisa que tenemos que estar en el aeropuerto a las siete y son las seis y media!-chilla Ronald desde el coche.
Levanto el pulgar y se lo enseño desde la puerta como signo de acuerdo.
Chelsea abre la puerta y yo me lanzo a abrazarla.
-Nos vemos dentro de poco. Te quiero- digo.
-Te quiero Annie.
Salgo corriendo y me meto en el coche. Lanzo un beso desde dentro y Chelsea hace lo mismo.
Son las siete menos cinco cuando llegamos al aeropuerto. Mi madre y Cecilio están esperando en la puerta del aeropuerto. Les doy un beso y un abrazo a ambos y luego cojo a Carter y estoy dándole besos un rato hasta que Ronald me toca el hombro para avisarme de que tenemos que darnos prisa.
-Annie, graba todo lo que hagas. Por fi- me ruega mi madre. Me da una cámara de vídeo.
Asiento, cojo la cámara y nos metemos en el aeropuerto.
Facturamos las maletas y subimos al avión que despega a y media. Vamos en primera clase. Yo lo paso fatal en los aviones así que doy las gracias de que tenga a Ronald al lado. No le suelto la mano en todo el rato. Menos mal que el vuelo solamente dura una media hora si no me hubiese muerto.
Bajamos del avión y siento como el cuerpo se me relaja.
-Señorita, ya hemos bajado puede soltarme-dice Ronald con una sonrisa burlona en la cara.
Suelto el brazo de Ronald sin embargo el me coge la mano. Le sonrío. Seguro que tengo una cara de tonta que no me la quita nadie.
Salimos del aeropuerto y mis piernas se siente débiles y tiemblan sin parar.
-Señorita, relajese que ya ha pasado. Si lo llego a saber hubiésemos venido en tren.Cogemos un taxi que nos lleva a una casa, bastante grande. Ronald suelta mi mano para salir y sin tener muy claro por qué me molesta.Salgo del coche y mientras Ronald paga al taxista yo me acerco a la puerta de la casa.Ronald viene por detrás y me coge la mano. Llama al timbre y nos abre un hombre de unos 30 años, todo despeinado, con la camisa (que creo que era blanca) abierta y manchada de vino, unos calzoncillos largos blancos y para colmo huele a alcohol.
-Hey hermano. ¿Me traes a un guarrilla para divertirme?-dice el hombre.
-Puaj, dios, ¿has pensado en lavarte los dientes? Y no, no soy una guarrilla.
-Arnold, cállate. Es la cantante.
-¿Y vais cogiditos de la mano?
-Oye, no es por nada pero me has escupido- digo limpiando mi pómulo.
-Ay, perdón niñita.
-Arnold, ¿qué haces en casa de Louis?-pregunta Ronald.
Yo suspiro. Uf, menos mal que no es este "mi jefe", si lo llega a ser me muero.
-Se han ido a la torre Eiffel toda la familia.
-¿No le avisaste de que venía hoy?
-Ups, no, se me olvido.
Ronald se va a un coche que hay aparcado en la entrada, así arrastrándome a mí ya que no me ha soltado la mano.
-¿A dónde vas?-pregunto.
-A la torre Eiffel. Vienes, ¿no?
-Una cita romántica contigo en la torre Eiffel. No me lo pierdo ni loca.
Él me sonríe y nos metemos en el coche. Saco la cámara de la bolsa.
-¿Y eso?
-Mi mami me ha pedido que lo grabe todo así que no estaría mal por empezar por la torre Eiffel.
-Por supuesto.
Enciendo la cámara y empieza a grabar. Me enfoco y comienzo a hablar.
-Bueno, pues ahora vamos a la torre Eiffel porque Ronald es un irresponsable y no le ha dicho a su hermano que en lugar de venir el sábado veníamos hoy. Saluda Ronald- enfoco la cámara hacía él, saluda y vuelvo a enfocar hacia mí-. Bueno, está soso porque está conduciendo y está concentrado. Mmmm, oye, ¿aquí no hay música?
-Sí, claro que hay música.
Apreta uno botones y empieza a sonar la canción de Taylor Swift "Starlight".
-Ay, me encanta esta canción. I said oh my, what a marvellous tune. It was the best night, never would forget how we moved. The whole place was dressed to the nines, and we were dancing dancing. Like we're made of starlight. Like we're made of starlight.
Me abre la puerta de su coche.
-Pues bueno, -me meto en el coche-lo que pasa es que necesito saber cuanto tiempo vamos a estar fuera.
Por un momento parece (aliviado? Chafado?)
-Muchas veces pero poco tiempo. Si es a lo que se refiere.
-Vale... Y ¿vamos a pasar por Roma en Abril?
-No hay fechas puestas señorita.
-Bueno...
-Señorita, eso ya lo aclararemos después.
Pasamos el viaje en silencio.
Me abre la puerta del coche para que salga y a continuación voy a entrar en el insti. Ronald va detrás. La gente está mirandonos y murmurando.
-¡A!- grita Lily desde el otro lado del patio- Esta tarde vienes a la sesión de fotos, ¿no?
Hostia, las fotos. Se me habían olvidado.
-Sí, asistirá pero poco rato- contesta Ronald.
Lily está embobada con Ronald.
¿Por qué diablos contesta si no tiene ni idea de que estamos hablando?
-Gracias Ronald, pero sé hablar. ¿A qué hora es Lily?
-A las 5 pm. No llegues tarde.
-Vale, hasta luego amor.
Ronald me toca la cintura y da un leve empujón para que camine.
No entiendo por qué pero noto como en mi cara se dibuja una sonrisa al sentir su mano en mi cintura.
Vamos hasta el despacho del director y ya dentro Ronald entabla una conversación con él. Yo no presto atención estoy metida en mis pensamientos. Observando a Ronald hablar. Su boca. Esa boca que quiero sobre la mía. Relamo mis labios y muerdo mi comisura izquierda.
No entiendo por qué rayos no me ha besado ya. Quiero que lo haga. Necesito que lo haga. Quiero que me haga suya y que él sea mío. Es la primera vez que no consigo lo que quiero cuando quiero y eso me da rabia pero también aumenta las ganas.
-Annabelle, ¿me estás escuchando?-dice el director.
-Sí, sí-digo dejando atrás mis pensamientos.
-¿Qué qué opinas de lo del baile?
-¿Qué pasa con el baile?
-Dios, me extraña que saque tan buenas notas con la atención que presta.
Ronald se ríe y yo aprieto mis labios como desacuerdo. -¿Me decís ya a qué tengo que contestar?
-El director le pregunta qué si vas a ir al baile de primavera. El 22 de marzo.
-Ah, pues por mi sí. ¿Puedo?- miro a Ronald como si él me tuviera que dar permiso.
-Por supuesto, señorita. No haremos planes para ese 22 de marzo y ya.
-Vale, gracias. ¿Me puedo ir ya a clase?
-Annabelle, si hubiese estado más atenta se habría dado cuenta de que hoy no viene a clase.
-¡Pero me tengo qué despedir de la gente!
-Annabelle...
-¿Qué?
-Ven, acompáñame- Ronald me coge la mano y salimos del despacho.
Me lleva por los pasillos hasta mi clase. Abre la puerta y todos se quedan mirándonos.
-Disculpa, pero no puedo irrumpir en mi clase así- dice Carrie sonriéndole.
Yo le cojo la mano de forma más visible para que se dé cuenta de que es mío. Bueno, no es mío pero de ella tampoco.
Ronald se ríe al notar lo que acabo de hacer.
-Es que la señorita se va y no quería hacerlo sin despedirse-aclara Ronald.
Miro a Lily que está atónita. Viene corriendo.
-¡Tía! ¡No me habías dicho que te ibas!- grita como si no estuviese en clase.
-¡No se lo dijiste a nadie!
-¡Podríamos haberte organizado un fiesta!
La clase se llena de gritos y murmureos.
-Vale, a ver-comienzo a diciendo- en el baile voy a estar aquí así que no os preocupéis y bueno, si he venido ahora no es para que os quejéis de que no os había avisado ¡sino para qué me deis todos un abrazo!
En ese momento todos se avalanchan sobre mi y noto como la mano de Ronald se escapa.
En el momento en que he conseguido quitarme a todos de encima vamos a la otra clase. Nada más entrar Chelsea me abraza y permanecemos así varios minutos. Oigo a Ronald explicar lo que pasa y todos vienen y me vuelven a apretujar.
Chels y yo mantenemos un conversación que hace que casi me ponga a llorar y después Ronald y yo nos vamos del instituto.
Le cojo de la mano y él la acepta.
-Señorita, ¿se ha hecho la maleta?
-La verdad, no.
-¿Se piensa ir desnuda?
-Bueno, depende de a dónde me lleves.
-Ya vale señorita, a hacerse la maleta.
Nos vamos a mi casa y allí cojo lo primero que veo.
-Ronald, ¿puedes coger lo que hay en ese cajón?-señalo el cajón de ropa interior.
-Por supuesto, Annabelle.
Sí, lo he hecho a posta pero no creo que le importe ya me ha visto en sujetador.
Una vez abre el cajón sonríe y coge lo máximo de prendas que sus manos pueden acarrear. Ambos las guardamos en la maleta.
A la una nos dirigimos a un restaurante. Comemos y después le llevo a Hyde Park.
-Ronald.
-Dime.
-¿Dónde voy a actuar?
-En clubs nocturnos, bares, restaurantes. Diferentes sitios.
-Ah... ¿Y tú estarás conmigo en todo momento?
-Por supuesto.
-Bien.
Entrelazo mis dedos y los suyos y le doy un beso en la mejilla. Siempre está afeitado. Caminamos un buen rato en silencio con las manos cogidas. A las cuatro y media vamos a la dirección donde me van a hacer las fotos. Llegamos muy puntuales y Lily ya está ahí.
-Ay tía, que ilusión, ¡nos van a hacer una sesión de fotos!-grita Lily.
Una chica rubia nos hace pasar a una habitación llena de ropa. Ronald se queda fuera.
-Poneros el primer conjunto y después ir a peluquería y maquillaje-dice la chica.
-Oye, A, ¿ese chico y tú sois novios?-pregunta Lily una vez la mujer ha salido de la habitación y ha cerrado la puerta.
-No, no somos nada. Todavía.
-Sería tu primer novio. Desde que te conozco no has tenido ninguno.
-Ya... Pero bueno, no sé si llegaremos a tanto...
-Dios A, te encanta ese tío.
-¿Qué? No me encanta, es sólo un chico que me parece guapo.
-Ya...
Nos cambiamos y la misma chica rubia nos conduce a una habitación que está llena de estilistas. Nos peinan, nos maquillan y después no llevan a otra habitación blanca.
Ronald sonría al verme y yo le devuelvo la sonrisa.
-Oh chicas, genial, estáis monísimas de la muerte. Poneros por aquí y ahora viene el fotógrafo.
Lily y yo estamos riéndonos tontamente.
Entra el fotógrafo y mi corazón da un vuelco.
-¿Annabe?- dice éste con su grave voz.
Sólo hay una persona que me llamaba así. Trago saliva y digo.
-Dave...
-Dios, estás igual de guapa que la última vez que te vi.
-¿Tú crees? Porque que yo sepa la última vez que me viste me dejaste un moratón.
Sé que no lo debería de haber dicho pero es que me ha salido solo.
Ronald se tensa y se pone a mi lado.
-Annabe, yo... Me arrepentí en cuanto lo hice yo... estaba enamorado de ti.
-Sí, de mí...
-Y...
-Disculpe, pero no voy a permitir que éste le haga las fotos a Annabelle- interviene Ronald.
-¿Tú quién eres el nuevo marido de Mar?-vacila Dave.
-No, es el mío- digo cogiéndole nuevamente de la mano.
-¿Estás saliendo con un estirado? Pensaba que tenías más gusto para chicos...
-Ya, sobretodo lo tuve eligiéndote a ti, ¿no? Un tío que me pegaba, que jugó conmigo y que ahora dice que estaba enamorado de mí.
-Annabe, sigo enamorado de ti, volví a pedir perdón pero me dijeron que te habías mudado.
-¿Tía? ¿Qué está pasando?- dice Lily confusa.
¿Está enamorado de mí? Y que más...
-Bueno, perdón por interrumpir pero necesito que os hagáis la fotos y no tengo otro fotógrafo- se mete el chico de la firma.
-Vale, yo me las haré, en cuanto me expliquéis que acaba de pasar- dice Lily.
-Es un ex. Y ya. Es un gilipollas. Ya te lo contaré. Va, las fotos rápido que me tengo que ir a París.
Ronald va a decir algo pero le corto y le doy una señal de que se siente.
Dave nos hace las fotos. Me lo paso realmente bien y me olvido de que el fotógrafo es el hijo de puta que me rompió el corazón.
Cuando acabamos me despido de Lily con muchos besos y abrazos. El chico de la firma, llamado Jonás me dice que le ha encantado trabajar conmigo y que cuando vuelva le llame para hacer más fotos, también me ha prometido que traerá a otro fotógrafo. A Dave, directamente, ni le miro a la cara.
Ronald y yo nos metemos en el coche y arranca.
-No deberías haber dejado que ése te hiciese las fotos-dice Ronald.
-¿Por qué? Eso sólo demostraría que él es más fuerte que yo.
-Annabelle, ese chico no estaba mintiendo con lo que decía. Prométame que no volverá con él.
-¿Y eso? No pensaba volver con él por nada del mundo pero... ¿qué más daría?
-Annabelle, él estaba arrepentido y aunque sea cierto no debes volver con él, te hizo cosas horribles y no creo que una persona tenga que retomar algo que dejo. No quiero que vuelva con él, simplemente eso. No me cae bien.
-Ronald, ¿lo ves cómo amenaza? Porque por como hablas da la impresión que piensas que voy a caer rendida a sus pies.
-Annabelle, sé como sois las niñas de dieciocho años. Muchas ya habrían caído a sus pies y no sería de mi agrado que usted lo hiciera.
-Mmmm, vale. Bueno, ¿puedes pasar por casa de Chels?
-Claro. Chelsea ha adelgazado mucho, ¿me equivoco?
-No, no te equivocas. Ahora que me voy no sé con quién hará el ejercicio.
Llegamos y yo salgo corriendo y llamo a su puerta.
-¡Annabelle date prisa que tenemos que estar en el aeropuerto a las siete y son las seis y media!-chilla Ronald desde el coche.
Levanto el pulgar y se lo enseño desde la puerta como signo de acuerdo.
Chelsea abre la puerta y yo me lanzo a abrazarla.
-Nos vemos dentro de poco. Te quiero- digo.
-Te quiero Annie.
Salgo corriendo y me meto en el coche. Lanzo un beso desde dentro y Chelsea hace lo mismo.
Son las siete menos cinco cuando llegamos al aeropuerto. Mi madre y Cecilio están esperando en la puerta del aeropuerto. Les doy un beso y un abrazo a ambos y luego cojo a Carter y estoy dándole besos un rato hasta que Ronald me toca el hombro para avisarme de que tenemos que darnos prisa.
-Annie, graba todo lo que hagas. Por fi- me ruega mi madre. Me da una cámara de vídeo.
Asiento, cojo la cámara y nos metemos en el aeropuerto.
Facturamos las maletas y subimos al avión que despega a y media. Vamos en primera clase. Yo lo paso fatal en los aviones así que doy las gracias de que tenga a Ronald al lado. No le suelto la mano en todo el rato. Menos mal que el vuelo solamente dura una media hora si no me hubiese muerto.
Bajamos del avión y siento como el cuerpo se me relaja.
-Señorita, ya hemos bajado puede soltarme-dice Ronald con una sonrisa burlona en la cara.
Suelto el brazo de Ronald sin embargo el me coge la mano. Le sonrío. Seguro que tengo una cara de tonta que no me la quita nadie.
Salimos del aeropuerto y mis piernas se siente débiles y tiemblan sin parar.
-Señorita, relajese que ya ha pasado. Si lo llego a saber hubiésemos venido en tren.Cogemos un taxi que nos lleva a una casa, bastante grande. Ronald suelta mi mano para salir y sin tener muy claro por qué me molesta.Salgo del coche y mientras Ronald paga al taxista yo me acerco a la puerta de la casa.Ronald viene por detrás y me coge la mano. Llama al timbre y nos abre un hombre de unos 30 años, todo despeinado, con la camisa (que creo que era blanca) abierta y manchada de vino, unos calzoncillos largos blancos y para colmo huele a alcohol.
-Hey hermano. ¿Me traes a un guarrilla para divertirme?-dice el hombre.
-Puaj, dios, ¿has pensado en lavarte los dientes? Y no, no soy una guarrilla.
-Arnold, cállate. Es la cantante.
-¿Y vais cogiditos de la mano?
-Oye, no es por nada pero me has escupido- digo limpiando mi pómulo.
-Ay, perdón niñita.
-Arnold, ¿qué haces en casa de Louis?-pregunta Ronald.
Yo suspiro. Uf, menos mal que no es este "mi jefe", si lo llega a ser me muero.
-Se han ido a la torre Eiffel toda la familia.
-¿No le avisaste de que venía hoy?
-Ups, no, se me olvido.
Ronald se va a un coche que hay aparcado en la entrada, así arrastrándome a mí ya que no me ha soltado la mano.
-¿A dónde vas?-pregunto.
-A la torre Eiffel. Vienes, ¿no?
-Una cita romántica contigo en la torre Eiffel. No me lo pierdo ni loca.
Él me sonríe y nos metemos en el coche. Saco la cámara de la bolsa.
-¿Y eso?
-Mi mami me ha pedido que lo grabe todo así que no estaría mal por empezar por la torre Eiffel.
-Por supuesto.
Enciendo la cámara y empieza a grabar. Me enfoco y comienzo a hablar.
-Bueno, pues ahora vamos a la torre Eiffel porque Ronald es un irresponsable y no le ha dicho a su hermano que en lugar de venir el sábado veníamos hoy. Saluda Ronald- enfoco la cámara hacía él, saluda y vuelvo a enfocar hacia mí-. Bueno, está soso porque está conduciendo y está concentrado. Mmmm, oye, ¿aquí no hay música?
-Sí, claro que hay música.
Apreta uno botones y empieza a sonar la canción de Taylor Swift "Starlight".
-Ay, me encanta esta canción. I said oh my, what a marvellous tune. It was the best night, never would forget how we moved. The whole place was dressed to the nines, and we were dancing dancing. Like we're made of starlight. Like we're made of starlight.
I'm a barbie on the boardwalk, summer of '45. Picks me up, play one night at the window. He was 17 and crazy, running wild, wild. Can't remember what song it was playing when we walked in
The night we snook into a yacht club party. Pretending to be a duchess and a prince-canto y bailo en el asiento de coche- I said oh my, what a marvellous tune. It was the best night, never would forget how we moved. The whole place was dressed to the nines, and we were dancing dancing. Like we're made of starlight, starlight. Like we're made of starlight, starlight. Oh vamos, ¿no te la sabes?
-No señorita, no soy muy "fan" de Taylor Swift.
-Pues nada...- paso la canción y suena otra de las canciones de Taylor, "The last time.
Él niega con la cabeza y yo bufo.
-Señorita, estas canciones las escucha mi sobrina de doce años.
-Ah, ¿y no puedo escuchar las cosas que escucha tu sobrina? ¡Tal vez ella no pueda hacer lo que yo hago pero yo si puedo hacer lo que ella hace!
-¿A qué se está refiriendo señorita?
-Am, ¡Ronald sabes perfectamente a qué me refiero!
Intenta no sonreír y yo apago la cámara frustrada.
-Va, señorita, no se enfade-pone mi mano en mi pierna.
Siento como mi respiración se corta. Trago saliva. Él se ríe. De pronto me pongo nerviosa y me siento incómoda. Aparto mi pelo y lo coloco detrás de mis orejas. Cruzo mis brazos y empiezo a mover con ansiedad la pierna en la que no está la mano de Ronald.
-Oye, ¿no crees qué hace un poco de calor?- digo con la respiración agitada.
-Señorita, ¿está bien? Parece... nerviosa.
-Ronald, como sigas tocándome... las narices así te voy a pegar- se ríe-. No. Digas. Nada.
-Señ...
-Sh, cállate. Y quita tu mano de mi muslo. ¡Tocón! ¡Qué eres un tocón!
Ambos estallamos a carcajadas. Subo los pies al asiento y escondo mi cara entre las rodillas y mi cuerpo intentando cubrir mi vergüenza.
-Annabelle, lo cierto es que sus formas de comportarse me confunden.
-¿Te confundo?
-Sí. Resulta ser muy... abierta hablando de sexo pero de repente, le pongo la mano en la pierna y se pone nerviosa.
-A ver, te explico, básicamente por lo que me pongo nerviosa no es por lo que haces sino porque lo haces tú. Me gusta que me toques pero me pone nerviosa.
-¿Me está diciendo que le gusto, señorita?
-Ay Ronald, eres muy- chillo para indicarle que me pone de los nervios-. ¡Siempre hay que aclarártelo todo!
-Pero, ¿le gusta que sea tan... así?
-¿Cómo?
Si él quiere jugar a este juego, jugaremos.
-Señorita, ¿en serio?
Asiento y consigo que chille, a su manera, pero lo hace. Aplaudo orgullosa y riéndome.
-Así me gusta.
Llegamos a la torre Eiffel. La verdad es que esto es precioso. La torre está iluminada.
Salimos del coche. París es muy bonito. Ronald habla con un hombre grande que parece que es un segurata y subimos por el ascensor. La gente parece que se ha enfurecido porque dejamos detrás a un motón de gente haciendo cola y gritando. Nos metemos en el ascensor junto con u na cuantas personas más. Arriba unos niños se tiran a Ronald y detrás viene una pareja. El hombre se parece bastante a Ronald. Tienen la misma boca aunque éste tiene los ojos marrones y más grandes. La mujer lleva un gorro así que no puedo ver muy bien su pelo, creo que es negro, sus ojos son pequeños y alargados.
-Hola, soy Louis, el hermano de Ronald-dice este hombre acercando para saludarme con un beso.
-Hola, yo soy Annie, ¿la cantante?
-Genial, encantado.
-Yo soy Adriana. Y bueno, digamos que soy la cuñada- me saluda la mujer.
-Encantada, Annie-contesto yo sonriendo.
-Niños venid a saludar a Annie-dice Adriana mirando a sus hijos.
Primero se acerca un niño de más o menos unos cuatro años. Me agacho y me da un beso. Posteriormente se acerca una niña de doce años, supongo que la que escucha Taylor Swift. Lleva una trenza recogiendo su pelo y tiene un precioso pelo negro, como su madre, y unos ojos exactamente iguales a los de su padre a excepción del color que es como el de Ronald.
-Hola, soy Amanda-dice con una voz casi imposible de escuchar.
-Hola Amanda, yo soy Annie. ¿He oído que te gusta Taylor Swift?
La niña sonríe y asiente.
-Bueno Ronald, nosotros nos vamos a casa. ¿Venís?-nos pregunta Louis.
Ronald niega con la cabeza.
-Annie, vas a pasar frío. ¿Quieres que te deje mi gorro?
-No, gracias, estoy bien.
Mentira, me estoy helando.
Se van y yo me asomo a la barandilla. Ronald me coge la mano
-Annabelle, me gustaría hacer una cosa.
-Ronald, ya te he dicho que yo hago lo que primero se me pasa por la cabeza. Hazlo.
Me acerca a él y me coge por la cintura. Dios, me siento tan bien tan cerca suyo. Acaricia mi pelo y yo poso mi mano en su nuca. Relamo mis labios y él se va acercando poco a poco a mi boca. Nuestros labios se juntan y abro mi boca. Su lengua pide acceso y yo, sin vacilar, se lo doy. Paso mi mano por su pelo mientras vivo ese momento perfecto. Se separa de mí y por más que yo no quiera, le dejo. Una sonrisa decora mi cara al igual que la suya.
-Me gusta su teoría de vivir la vida, Annabelle.
-Ya, a mi también. Debería usarla más veces.
-No lo niego, señorita.
Le cojo la mano. Le doy un corto y suave beso en los labios y me lleva al ascensor. Bajamos y pero el coche no está. Ronald coge su móvil y veo marcar un número.
-Louis ¿por qué te llevas el coche?-dice Ronald
Pasan unos minutos y cuelga.
-¿Qué? ¿A dónde vamos?- pregunto con afán.
-Pues ya que mi hermano se ha llevado el coche iremos a cenar al lugar donde tiene que cantar esta noche pero andando, me ha dicho que no está muy lejos.
Se me descuelga la boca. ¿Cantar?
-¿P-p-pero qué voy a cantar?
-Eso lo decide usted. Podría cantar alguna de Taylor Swift ya que le gusta.
-Vale, puedo cantar la de "Love Story" esa la conoce todo el mundo.
-Pero hay que cantar más canciones, señorita.
-¿Más?
-Sí.
-Joder, mmmm, ¿Skyscraper?
-Señorita, cante lo que quiera.
-Jope, menudo asesor...
Caminamos de la mano durante todo el trayecto.
Me ha besado. Nos hemos besado en la Torre Eiffel. Le gusto. Es increíble. Por primera, bueno, segunda vez en la vida deseo tener algo más que un lío con una persona. Incluso puede que lleguemos a tener hijitos. Podría pedirme matrimonio en uno de mis conciertos. Poner un vídeo super cucki y pedirme que le haga los desayunos (aunque no sepa cocinar) durante el resto de su vida.
-Annabelle, ¿qué piensa?-interrumpe Ronald mis pensamientos.
-¿Tengo mucha cara de tonta?
-Bueno, ya sabes que me encanta esa cara tuya.
-Bueno, también tengo muchas cosas que te gustarían-digo guiñándole un ojo.
-Eso no lo dudo, señorita.
-¿Esta noche a qué hora acabaremos?-pregunto picaresca.
Él se aguanta la risa y dice.
-Nunca sería demasiado tarde para hacer lo que quiero hacer.
Se me corta la respiración. Ronald se ríe. ¿Qué quiere hacer conmigo? Puf Annabelle, ¿qué clase de pregunta es esa? Lo sabes más que bien y sabes que vas a dejarle hacer lo que le de la gana contigo.
-¿A qué se está refiriendo señorita?
-Am, ¡Ronald sabes perfectamente a qué me refiero!
Intenta no sonreír y yo apago la cámara frustrada.
-Va, señorita, no se enfade-pone mi mano en mi pierna.
Siento como mi respiración se corta. Trago saliva. Él se ríe. De pronto me pongo nerviosa y me siento incómoda. Aparto mi pelo y lo coloco detrás de mis orejas. Cruzo mis brazos y empiezo a mover con ansiedad la pierna en la que no está la mano de Ronald.
-Oye, ¿no crees qué hace un poco de calor?- digo con la respiración agitada.
-Señorita, ¿está bien? Parece... nerviosa.
-Ronald, como sigas tocándome... las narices así te voy a pegar- se ríe-. No. Digas. Nada.
-Señ...
-Sh, cállate. Y quita tu mano de mi muslo. ¡Tocón! ¡Qué eres un tocón!
Ambos estallamos a carcajadas. Subo los pies al asiento y escondo mi cara entre las rodillas y mi cuerpo intentando cubrir mi vergüenza.
-Annabelle, lo cierto es que sus formas de comportarse me confunden.
-¿Te confundo?
-Sí. Resulta ser muy... abierta hablando de sexo pero de repente, le pongo la mano en la pierna y se pone nerviosa.
-A ver, te explico, básicamente por lo que me pongo nerviosa no es por lo que haces sino porque lo haces tú. Me gusta que me toques pero me pone nerviosa.
-¿Me está diciendo que le gusto, señorita?
-Ay Ronald, eres muy- chillo para indicarle que me pone de los nervios-. ¡Siempre hay que aclarártelo todo!
-Pero, ¿le gusta que sea tan... así?
-¿Cómo?
Si él quiere jugar a este juego, jugaremos.
-Señorita, ¿en serio?
Asiento y consigo que chille, a su manera, pero lo hace. Aplaudo orgullosa y riéndome.
-Así me gusta.
Llegamos a la torre Eiffel. La verdad es que esto es precioso. La torre está iluminada.
Salimos del coche. París es muy bonito. Ronald habla con un hombre grande que parece que es un segurata y subimos por el ascensor. La gente parece que se ha enfurecido porque dejamos detrás a un motón de gente haciendo cola y gritando. Nos metemos en el ascensor junto con u na cuantas personas más. Arriba unos niños se tiran a Ronald y detrás viene una pareja. El hombre se parece bastante a Ronald. Tienen la misma boca aunque éste tiene los ojos marrones y más grandes. La mujer lleva un gorro así que no puedo ver muy bien su pelo, creo que es negro, sus ojos son pequeños y alargados.
-Hola, soy Louis, el hermano de Ronald-dice este hombre acercando para saludarme con un beso.
-Hola, yo soy Annie, ¿la cantante?
-Genial, encantado.
-Yo soy Adriana. Y bueno, digamos que soy la cuñada- me saluda la mujer.
-Encantada, Annie-contesto yo sonriendo.
-Niños venid a saludar a Annie-dice Adriana mirando a sus hijos.
Primero se acerca un niño de más o menos unos cuatro años. Me agacho y me da un beso. Posteriormente se acerca una niña de doce años, supongo que la que escucha Taylor Swift. Lleva una trenza recogiendo su pelo y tiene un precioso pelo negro, como su madre, y unos ojos exactamente iguales a los de su padre a excepción del color que es como el de Ronald.
-Hola, soy Amanda-dice con una voz casi imposible de escuchar.
-Hola Amanda, yo soy Annie. ¿He oído que te gusta Taylor Swift?
La niña sonríe y asiente.
-Bueno Ronald, nosotros nos vamos a casa. ¿Venís?-nos pregunta Louis.
Ronald niega con la cabeza.
-Annie, vas a pasar frío. ¿Quieres que te deje mi gorro?
-No, gracias, estoy bien.
Mentira, me estoy helando.
Se van y yo me asomo a la barandilla. Ronald me coge la mano
-Annabelle, me gustaría hacer una cosa.
-Ronald, ya te he dicho que yo hago lo que primero se me pasa por la cabeza. Hazlo.
Me acerca a él y me coge por la cintura. Dios, me siento tan bien tan cerca suyo. Acaricia mi pelo y yo poso mi mano en su nuca. Relamo mis labios y él se va acercando poco a poco a mi boca. Nuestros labios se juntan y abro mi boca. Su lengua pide acceso y yo, sin vacilar, se lo doy. Paso mi mano por su pelo mientras vivo ese momento perfecto. Se separa de mí y por más que yo no quiera, le dejo. Una sonrisa decora mi cara al igual que la suya.
-Me gusta su teoría de vivir la vida, Annabelle.
-Ya, a mi también. Debería usarla más veces.
-No lo niego, señorita.
Le cojo la mano. Le doy un corto y suave beso en los labios y me lleva al ascensor. Bajamos y pero el coche no está. Ronald coge su móvil y veo marcar un número.
-Louis ¿por qué te llevas el coche?-dice Ronald
Pasan unos minutos y cuelga.
-¿Qué? ¿A dónde vamos?- pregunto con afán.
-Pues ya que mi hermano se ha llevado el coche iremos a cenar al lugar donde tiene que cantar esta noche pero andando, me ha dicho que no está muy lejos.
Se me descuelga la boca. ¿Cantar?
-¿P-p-pero qué voy a cantar?
-Eso lo decide usted. Podría cantar alguna de Taylor Swift ya que le gusta.
-Vale, puedo cantar la de "Love Story" esa la conoce todo el mundo.
-Pero hay que cantar más canciones, señorita.
-¿Más?
-Sí.
-Joder, mmmm, ¿Skyscraper?
-Señorita, cante lo que quiera.
-Jope, menudo asesor...
Caminamos de la mano durante todo el trayecto.
Me ha besado. Nos hemos besado en la Torre Eiffel. Le gusto. Es increíble. Por primera, bueno, segunda vez en la vida deseo tener algo más que un lío con una persona. Incluso puede que lleguemos a tener hijitos. Podría pedirme matrimonio en uno de mis conciertos. Poner un vídeo super cucki y pedirme que le haga los desayunos (aunque no sepa cocinar) durante el resto de su vida.
-Annabelle, ¿qué piensa?-interrumpe Ronald mis pensamientos.
-¿Tengo mucha cara de tonta?
-Bueno, ya sabes que me encanta esa cara tuya.
-Bueno, también tengo muchas cosas que te gustarían-digo guiñándole un ojo.
-Eso no lo dudo, señorita.
-¿Esta noche a qué hora acabaremos?-pregunto picaresca.
Él se aguanta la risa y dice.
-Nunca sería demasiado tarde para hacer lo que quiero hacer.
Se me corta la respiración. Ronald se ríe. ¿Qué quiere hacer conmigo? Puf Annabelle, ¿qué clase de pregunta es esa? Lo sabes más que bien y sabes que vas a dejarle hacer lo que le de la gana contigo.
CHELSEA
Esta noche es la peor que he pasado. En unas horas tendré a mi mejor amiga a kilómetros de mí. Son las cinco menos cuarto. Me levanto bruscamente de la cama. Me pongo mi chándal, cojo las llaves y abro la puerta. La cierro cuidadosa y silenciosamente para no desertar a nadie. Empiezo a hacer como que corro en el sitio antes de salir verdaderamente a correr. Comienzo a correr y mientras observo a la gente que pasa. No hay apenas gente, la mayoría que veo va arreglada. Yendo al trabajo seguramente. Paso corriendo tres cuartos de hora. Menudo récord. Podría correr un poco más pero no quiero que mis padres se preocupen cuando no me vean en casa. Estoy bastante lejos de casa así que cojo un ritmo un poco más rápido para volver y tan sólo tardo media hora. A las seis en punto estoy en casa. Abro la puerta y la cierro sigilosamente. Subo las escaleras atentamente de no hacer ruido. Me meto en el baño y enciendo la ducha. Hago un moño que recoge todo mi largo y lacio pelo.
No he visto todavía a Annie y ya vamos a entrar en clase. Estoy nerviosa y devoro mis uñas a la velocidad de la luz.
Alguien llama a la puerta y veo que entrar Annie y... Ronald de la mano... Me levanto tirando la silla al suelo y le abrazo fuerte. Los demás no tardan en venir una vez Ronald les ha explicado lo que pasa. Estoy en el centro del abrazo así que me agobio. Una vez se han separado le digo.
-Annie, te voy a echar mucho de menos. No te olvides de mí ¿vale? y ten cuidado con ese Ronald. Me recuerda mucho a Christian Grey.
-Vuelvo pronto. No te preocupes. Y por si no lo sabes, Christian es un amor en los últimos dos libros...
-Da igual, sigue teniendo un grave problema.
Después la conversación se transforma en palabras que casi hacen que salgan lágrimas de mis ojos. Se va de clase no antes de otro abrazo y yo vuelvo a mi sitio. La mañana se pasa lenta. Salgo de clase y un chico de clase, Chris Irwin. Rubio y con ojos marrones. Siempre lleva polos. Es decir, es pijo, odia los gérmenes y muy, muy, pero que muy estudioso.
-Hola, ¿te llamas Chelsea?
Asiento un poco asustada.
-¿Tú eres Chris?
-Sí, ¿quieres venir esta noche a cenar a mi casa?
Espera que recapacite. ¿CENAR EN SU CASA? ¿SE HA VUELTO LOCO?
-¿Con tus padres?
-Sí, bueno, ellos comerán en el salón de invierno. Tú y yo si quieres podemos cenar en el de verano
¿Y ahora yo qué digo a esto? Nunca he tenido una cita y aunque Chris no es nada feo... me da bastante corte.
-Pues no veo por qué no...
Dios, ¿Chelsea qué estás diciendo?
-Genial, a las siete iré a recogerte.
Se me encoge el estómago. UNA CITA.
Voy a mi casa sin parar de mover las piernas, estoy muy nerviosa. En casa como una ensalada y después una manzana. Me voy a mi cuarto y me como la cabeza pensando que me puedo poner.
Suena el timbre. Miro el reloj; las seis y media. Me he quedado dormida. Uf, no es Chris. Bajo y abro la puerta. Annie está en el umbral y lo único que se me pasa por la cabeza es darle un último abrazo a mi mejor amiga.
-Nos vemos dentro de poco. Te quiero- dice con una voz muy dulce, más de lo normal.
-Te quiero Annie-es lo único que puedo decir.
Se aparta de mí y veo como se mete en el coche. Veo que me lanza un beso y repito el movimiento. El coche se ha ido. Mi mejor amiga se ha ido y no sé cuando la volveré a ver. Me meto y me intento olvidar de lo que acaba de pasar. ¡Mis padres! ¡No les he dicho que no ceno aquí!
-¡Mamá!-grito.
Oigo una voz que sale del baño y voy corriendo. Se está duchando.
-Bueno, ¿qué pasa?
-Que esta noche no ceno aquí.
-¿No? ¿Con quién cenas?-pregunta un poco alarmada e intrigada.
-Con un amigo.
A mi madre se le ilumina la cara unos minutos antes de gritar.
-¡Jane! ¡Chelsea tiene una cita!
No me da tiempo a formular una palabra antes de que llegue Jane y me acribille a preguntas. Al final me ayuda a elegir la ropa. Ya estoy lista. Me he puesto un poco de polvos y colorete y llevo un poco de brillo en los labios. El timbre suena.
No he visto todavía a Annie y ya vamos a entrar en clase. Estoy nerviosa y devoro mis uñas a la velocidad de la luz.
Alguien llama a la puerta y veo que entrar Annie y... Ronald de la mano... Me levanto tirando la silla al suelo y le abrazo fuerte. Los demás no tardan en venir una vez Ronald les ha explicado lo que pasa. Estoy en el centro del abrazo así que me agobio. Una vez se han separado le digo.
-Annie, te voy a echar mucho de menos. No te olvides de mí ¿vale? y ten cuidado con ese Ronald. Me recuerda mucho a Christian Grey.
-Vuelvo pronto. No te preocupes. Y por si no lo sabes, Christian es un amor en los últimos dos libros...
-Da igual, sigue teniendo un grave problema.
Después la conversación se transforma en palabras que casi hacen que salgan lágrimas de mis ojos. Se va de clase no antes de otro abrazo y yo vuelvo a mi sitio. La mañana se pasa lenta. Salgo de clase y un chico de clase, Chris Irwin. Rubio y con ojos marrones. Siempre lleva polos. Es decir, es pijo, odia los gérmenes y muy, muy, pero que muy estudioso.
-Hola, ¿te llamas Chelsea?
Asiento un poco asustada.
-¿Tú eres Chris?
-Sí, ¿quieres venir esta noche a cenar a mi casa?
Espera que recapacite. ¿CENAR EN SU CASA? ¿SE HA VUELTO LOCO?
-¿Con tus padres?
-Sí, bueno, ellos comerán en el salón de invierno. Tú y yo si quieres podemos cenar en el de verano
¿Y ahora yo qué digo a esto? Nunca he tenido una cita y aunque Chris no es nada feo... me da bastante corte.
-Pues no veo por qué no...
Dios, ¿Chelsea qué estás diciendo?
-Genial, a las siete iré a recogerte.
Se me encoge el estómago. UNA CITA.
Voy a mi casa sin parar de mover las piernas, estoy muy nerviosa. En casa como una ensalada y después una manzana. Me voy a mi cuarto y me como la cabeza pensando que me puedo poner.
Suena el timbre. Miro el reloj; las seis y media. Me he quedado dormida. Uf, no es Chris. Bajo y abro la puerta. Annie está en el umbral y lo único que se me pasa por la cabeza es darle un último abrazo a mi mejor amiga.
-Nos vemos dentro de poco. Te quiero- dice con una voz muy dulce, más de lo normal.
-Te quiero Annie-es lo único que puedo decir.
Se aparta de mí y veo como se mete en el coche. Veo que me lanza un beso y repito el movimiento. El coche se ha ido. Mi mejor amiga se ha ido y no sé cuando la volveré a ver. Me meto y me intento olvidar de lo que acaba de pasar. ¡Mis padres! ¡No les he dicho que no ceno aquí!
-¡Mamá!-grito.
Oigo una voz que sale del baño y voy corriendo. Se está duchando.
-Bueno, ¿qué pasa?
-Que esta noche no ceno aquí.
-¿No? ¿Con quién cenas?-pregunta un poco alarmada e intrigada.
-Con un amigo.
A mi madre se le ilumina la cara unos minutos antes de gritar.
-¡Jane! ¡Chelsea tiene una cita!
No me da tiempo a formular una palabra antes de que llegue Jane y me acribille a preguntas. Al final me ayuda a elegir la ropa. Ya estoy lista. Me he puesto un poco de polvos y colorete y llevo un poco de brillo en los labios. El timbre suena.
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